Un guante dotado de sensores conectado al teléfono móvil vía bluetooth convertirá en voz los gestos de las personas sin habla.
Es indudable que la tecnología facilita la vida de las personas. Desde los correos electrónicos, que nos permiten comunicarnos en tiempo real, a la inteligencia artificial que automatiza procesos actualmente. La llamada cuarta revolución industrial va camino de crear un nuevo mundo más conectado e inmediato.
Sin embargo, hay personas que, debido a problemas cognitivos o de movilidad, se enfrentan a mayores barreras de las habituales y en este caso, la tecnología puede suponer una gran ayuda a la hora de minimizarlas o incluso superarlas.
Tal como han demostrado las prótesis ortopédicas fabricadas mediante impresión 3D, los avances tecnológicos pueden abaratar y simplificar notablemente las soluciones que tenemos a nuestro alcance hasta la fecha.
El guante que da voz
Siguiendo esa lógica, un Ingeniero Tecnólogo veinteañero, ha ideado un sistema que podría revolucionar la comunicación de las personas sin capacidad de habla. Su propuesta es tan sencilla como eficaz. Un guante que recoge los gestos del usuario y los traduce a señales que se envían al teléfono móvil vía bluetooth. Allí, un software específico se encarga de convertirlas en palabras vocalizadas con una eficiencia del 93%.
El guante está equipado con sensores que detectan el movimiento de cada dedo, pero el verdadero secreto de este invento tecnológico reside en la versatilidad del software del teléfono móvil. Durante su desarrollo, se comprobó que era vital ajustar la velocidad del hablante en lengua de signos, tal como sucede con la lengua oral, varía considerablemente en función del usuario. Entre las funcionalidades de la app se encuentran también la elección del género del hablante, el tono de voz y el idioma de destino. Por último, tampoco se ha descuidado el diseño del guante. Muchos de sus usuarios serán niños y por ello, el inventor de este proyecto tecnológico ha creado diversos modelos.
El Ingeniero Tecnólogo Allela ha desarrollado tanto el software como el hardware del sistema, lo que le ha hecho merecedor del premio a tecnología pionera concedido por la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos (ASME, por sus siglas en inglés).
De la era táctil a la gestual
La implantación de las pantallas táctiles supuso un cambio de paradigma en la comunicación hombre-máquina. Sin embargo, ya se está preparando una nueva interfaz que prescindirá del contacto físico con el dispositivo. Tecnologías como Kinect, desarrollada por Microsoft para su consola Xbox, ya habían demostrado las posibilidades del reconocimiento de gestos por medio del mapeado de imágenes. Ahora es Google quien está inmersa en la investigación de la comunicación con las máquinas por medio de gestos, aunque con un enfoque distinto. Los primeros pasos se dieron en 2015, cuando anunció el llamado proyecto Soli. Un sistema de radares en miniatura capaz de interpretar los gestos de las manos del usuario en tres dimensiones sin mediar un contacto físico con la pantalla. Y no solo en el caso de los teléfonos móviles, sino también en televisores o vehículos.
Hasta ahora, el principal obstáculo para la implantación de Soli había sido el tipo de frecuencias en el que operan estos radares, ya que pueden interferir con otros dispositivos civiles y militares. Por suerte, en EEUU se acaba de dar un paso adelante con la aprobación concedida por la Comisión Federal de Comunicaciones. (FCC, por sus siglas en inglés). Esta innovación tecnológica ya es una realidad y solo falta que se asignen las frecuencias en las que operará. Parece que dentro de poco tiempo y con un poco de suerte, dejaremos de tener las pantallas de los móviles llenas de huellas dactilares.