Cuando se piensa en países líderes en animación, los nombres más comunes suelen ser Estados Unidos, Japón o Francia. Pero en los últimos años, México ha demostrado que no es necesario ser una potencia productora para tener un impacto real en la industria animada global. Su fuerza no solo se encuentra en las obras creadas dentro del país, sino en la profunda conexión que su audiencia ha demostrado hacia las historias animadas de todo el mundo.
Una audiencia que impulsa el éxito
Producciones como Flow (Letonia) o Memorias de un Caracol (Australia) no son mexicanas, pero han encontrado en el público mexicano uno de sus mayores aliados. El recibimiento que estas películas han tenido en salas nacionales no solo ha superado expectativas, sino que ha representado una parte significativa de su éxito comercial global.
Más que entretenimiento, una forma de arte valorada
Como bien dijo Guillermo del Toro: “La animación no es un género de cine, es cine.” Esta visión ha calado hondo en México, donde cada vez más personas entienden que animar no es solo hacer dibujos que se mueven, sino contar historias con sensibilidad, belleza y profundidad. Desde cortometrajes experimentales hasta largometrajes poéticos, el público mexicano responde con emoción y respeto hacia el arte animado, sin importar su origen.
Un terreno fértil para el futuro
El entusiasmo del público mexicano por la animación ha comenzado a llamar la atención de distribuidores, estudios y creadores que antes no consideraban este mercado como prioritario. Hoy, muchas producciones independientes encuentran en México un público que llena salas, recomienda y genera conversación, convirtiéndose en un motor importante para que estas obras sigan existiendo.

Conclusión
Aunque México aún está desarrollando su propia industria animada, ya es una pieza clave del panorama internacional, no por la cantidad de obras que produce, sino por el valor que da a la animación como arte, lenguaje y experiencia compartida. El éxito de películas como Flow y Memorias de un Caracol en el país deja claro que, en México, la animación se vive con pasión, se recibe con sensibilidad y se apoya con convicción.
Fuentes: Premios Oscar 2023, La Jornada, Pixelatl
Licenciatura en Animación y Diseño Digital
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