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Microplásticos, Plantas Estresadas y Nuevas Soluciones: La Revolución de la Luz Infrarroja Cercana.La ingeniería ambiental está evolucionando, y con ella, las herramientas que nos permiten cuidar mejor del planeta.

Un reciente avance desarrollado por investigadores de Alemania podría marcar un antes y un después en la vigilancia ambiental: se trata de HyperNIR, un método innovador que utiliza luz infrarroja cercana (NIR) para detectar microplásticos y analizar el estado de las plantas en tiempo real.

¿Qué es HyperNIR y por qué importa?

La luz NIR, aunque invisible al ojo humano, contiene una enorme cantidad de información sobre la composición química de los materiales. Hasta ahora, su análisis era limitado a imágenes en escala de grises o a espectros que requerían escaneos lentos y costosos. Pero HyperNIR da un paso adelante: combina imágenes espectrales y espaciales (lo que se conoce como imágenes hiperespectrales) para mostrar con mayor precisión de qué está hecha una muestra y cómo está reaccionando.

Y lo mejor: usa componentes baratos y disponibles en el mercado, lo que permite transformar cámaras comunes en dispositivos de alta precisión. Esto hace que sea una tecnología económica, accesible y aplicable en tiempo real.

Aplicaciones ambientales de impacto

Para los estudiantes y profesionales de la Ingeniería Industrial en Sistemas Ambientales, este desarrollo abre oportunidades emocionantes. HyperNIR permite, por ejemplo:

  • Detectar microplásticos sin contacto físico, una herramienta clave para la gestión de residuos y el reciclaje.
  • Observar cómo una planta absorbe agua o cómo responde al entorno, sin necesidad de dañarla ni usar colorantes artificiales.
  • Identificar el estrés vegetal y plagas en etapas tempranas, lo que puede prevenir pérdidas agrícolas y optimizar el uso de recursos.

Más allá del medio ambiente

La tecnología también tiene potencial en campos como la biomedicina, donde podría utilizarse para diferenciar marcadores moleculares, e incluso en agricultura de precisión, integrándose en drones que capturen información de cultivos desde el aire. Esto permitiría un monitoreo más inteligente, rápido y preciso de grandes extensiones de terreno.

¿Y ahora qué?

Como bien señala el profesor Sebastian Kruss, uno de los líderes del proyecto, “la capacidad de analizar distintos materiales en tiempo real puede aumentar considerablemente la eficacia de los procesos en la vigilancia del medio ambiente”. Para quienes estudian o trabajan en sistemas ambientales, este tipo de avances representan no solo nuevas herramientas, sino también nuevos retos: adaptar, implementar y escalar estas tecnologías en el mundo real.

La sostenibilidad necesita innovación. Y HyperNIR es un claro ejemplo de cómo la ciencia y la ingeniería pueden colaborar para construir un futuro más limpio, eficiente y equilibrado.

Fuente: bionity

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