Las mujeres son la clave para el liderazgo en la tecnología, trayendo con ello innovación en las cualidades, mayor productividad, dedicación y valoración.
Tecnología y mujeres: una relación poco frecuente
En Estados Unidos las mujeres representan alrededor del 25% de las ocupaciones en campos como la informática y las matemáticas y en España un 25% en carreras como Ingeniería o Arquitectura son mujeres.
Si estas estadísticas te sorprenden, puede que los siguientes datos terminen de revelarte cuál es la verdadera relación entre mujeres y tecnología:
- Las mujeres ocupan solo el 5% de los puestos de liderazgo en la industria tecnológica.
- El 78% de los estudiantes no puede nombrar a ninguna mujer que trabaje en tecnología.
- Solo el 3% de las mujeres elige una carrera en tecnología como primera opción.
El desequilibrio de género en la tecnología no solo representa una oportunidad perdida para las mujeres y la sociedad, sino también para las empresas.
Está demostrado que tener una fuerza laboral más diversa, incluido un equilibrio de género equitativo, contribuye a mejores resultados de negocio.
Esto refleja la amplia gama de beneficios que se derivan de la diversidad en el lugar de trabajo, que va desde la capacidad de involucrar a los clientes de manera más efectiva al reflejar la sociedad en general, hasta el disfrute de capacidades mejoradas en áreas donde las mujeres son especialmente fuertes, como la resolución de problemas y la inteligencia emocional.
En pocas palabras, la diversidad es una ventaja competitiva que confirma la necesidad de abogar por el tándem de tecnología y mujeres.
¿Qué hace que un equipo sea más inteligente?
Un estudio de la revista Science, hizo dos descubrimientos inesperados. Primero, estableció que los grupos pueden exhibir una inteligencia colectiva.
Nosotros estamos familiarizados con la inteligencia humana general, que describe el nivel de inteligencia de una persona en un amplio espectro de tareas cognitivas. Y los grupos también tienen una inteligencia “colectiva” similar que determina el nivel de éxito con el que pueden navegar estas tareas cognitivas.
Se trata de un hallazgo importante porque la investigación, la gestión y muchos otros tipos de tareas se realizan cada vez más en grupos, trabajando tanto cara a cara, como virtualmente.
Para optimizar el rendimiento del grupo, debemos comprender qué hace que un grupo sea más inteligente y aquí es donde se pone de manifiesto la fructífera asociación entre tecnología y mujeres.
Intuitivamente, uno podría pensar que los grupos con miembros realmente inteligentes serán también inteligentes. Este no es el caso. Los investigadores no encontraron una correlación fuerte entre la inteligencia promedio de los miembros y la inteligencia colectiva del grupo. De manera similar, uno podría sospechar que el coeficiente intelectual del grupo aumentará si un miembro del grupo tiene un coeficiente intelectual particularmente alto.
Factores de la inteligencia grupal
- El primero se refiere a la “sensibilidad social” de los miembros del grupo, medida por la prueba “leer la mente en los ojos”. Este término se refiere a la capacidad de uno para inferir los estados emocionales de los demás al captar ciertas pistas no verbales.
- El segundo se refiere al número de turnos para hablar de los miembros del grupo. Se demostró que los grupos en los que unas pocas personas dominaban la conversación eran menos inteligentes colectivamente que aquellos con una distribución más equitativa de turnos conversacionales.
- El último factor se relaciona con el número de miembros femeninos: cuantas más mujeres en el grupo, mayor es el coeficiente intelectual del grupo.
Por tanto, podría decirse que el coeficiente intelectual colectivo de un grupo tiene más que ver con la dinámica del equipo que con la suma de la capacidad intelectual de sus miembros. Esta es una razón de peso para fomentar la correlación entre tecnología y mujeres, algo necesario, sobre todo si tenemos en cuenta que la tecnología marca una gran diferencia para las personas y las sociedades en todo el mundo, por su potencial de introducir mejoras.