El director de El Confidencial y el columnista charlaron en el Hay Segovia sobre presiones empresariales y políticas, redes sociales, polarización, opinión pública y la tan traída Inteligencia Artificial
La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en diversos campos de la sociedad, y uno de ellos es el periodismo. La forma en que se redactan las noticias ha experimentado un cambio significativo gracias a esta tecnología revolucionaria.
La IA ha demostrado su capacidad para automatizar tareas, mejorar la eficiencia y ofrecer contenido más personalizado. A continuación, exploraremos cómo la IA impacta en la redacción de noticias y los beneficios que trae consigo en una interesante conversación con dos profesionales del medio.
Se preveía tormenta, pero no cayó ni una gota. La lluvia (de ideas) arreció este sábado en el interior del Torreón de Lozoya, uno de los parajes que acoge el Hay Segovia 2023. En la distendida charla entre Nacho Cardero, director de El Confidencial, y Juan Soto Ivars, escritor y columnista de este periódico, sobre la libertad de prensa se habló de presiones empresariales y políticas, de redes sociales, polarización, opinión pública y la tan traída hoy Inteligencia Artificial, que todavía no sabemos muy bien qué hacer con ella. Y se entresacaron varias conclusiones, una de ellas pronunciada de forma contundente por Soto Ivars: “El agujero de la libertad de prensa es la cobardía”. Callarse, al final, es lo que sale caro.
Comenzó la conversación con un disparo certero del columnista acerca de las presiones —esas llamadas a primera hora de la mañana— que puede recibir un director de periódico por algún artículo o información que a alguien no le gusta demasiado. Cardero resaltó que se reciben muchas más “por parte del poder empresarial que el político”. Y citó tres ejemplos ocurridos en El Confidencial. Uno de ellos fue la información sobre el patrimonio oculto del rey Juan Carlos cuando nadie hablaba de ello; los otros, la salida a bolsa de Bankia y los Papeles de Panamá. “No eran llamadas de Zarzuela, sino de empresarios porque creen que desestabilizas el Estado”, recalcó Cardero, quien, no obstante, confesó que cuando peor lo pasa es “cuando te llevan a los tribunales para callarte y tumbarte” como ocurrió con la “famosa energética”, ya que también “te estás jugando la estabilidad de una redacción y unos periodistas”.
Las redes y el coro griego
Otro asunto interesante fueron las redes sociales y esa especie de coro griego que impone una determinada opinión y que conlleva la autocensura, lo que acaba devaluando esa libertad de prensa entre los propios periodistas. Ahí, Soto Ivars, bastante versado en este campo, resaltó que muchas veces le llama la atención el comportamiento de muchos tertulianos: “Mucha gente dice lo contrario a lo que piensa. Las tertulias son un teatro, y con ciertos temas se crea una unanimidad extraña. Cuando salimos del plató las mismas personas dicen lo contrario a lo que ha dicho en la tertulia donde han hecho un ejercicio de sumisión a una opinión que da miedo contradecir. Yo he visto cambiar y suavizar opiniones por lo que estaban diciendo de esa persona en Twitter. Y por eso me quité de Twitter. Ahora lo llevan otras personas por mí, pero me ahorro ver las respuestas porque ya no escribía libremente, sino pensando en lo que me iba a contestar Antonio Maestre”.
“Cuando salimos del plató las mismas personas dicen lo contrario a lo que ha dicho en la tertulia donde han hecho un ejercicio de sumisión”
Como síntoma de estos coros griegos de las redes, revoloteó por el acto el famoso caso de la denuncia al colectivo Homo Velamine por ese Tour de la Manada que nunca existió y que Soto Ivars narra en Nadie se va a reír. La increíble historia de un juicio a la ironía. Los artistas fueron condenados por la misma prensa, dijo el periodista, que había hecho negocio con la desgracia ajena de la víctima y que era a la que este colectivo había querido señalar con ese tour inexistente. De hecho, el asunto fue tan grave que el asunto saltó al Supremo que les condenó a 18 meses de cárcel. “Y nadie les defendió como se había defendido a Pablo Hasel pocos meses antes por sus tuits. Era más peligroso el tema de La Manada que la Corona. Ese es el agujero de la libertad de prensa, la cobardía”, añadió Soto Ivars.
Sobre censuras previas también habló Cardero al citar un hecho tan actual como la petición por más de 500 intelectuales de que no se emita el documental que Jordi Évole ha hecho sobre el terrorista Josu Ternera en el Festival de San Sebastián. “Han pedido una censura previa porque piensan que es blanqueamiento de la banda y que se pone al mismo nivel a verdugos y víctimas. Pero primero habrá que ver el documental. A priori tiene un claro interés como cualquier otro elemento histórico. Una cosa es Josu Ternera y otra el documental. Son hechos históricos que la ciudadanía tiene el derecho de conocer para formarte tu propia opinión, esa es la libertad de expresión. Se confunde mucho la apología del terrorismo con el mal gusto”, comentó.
La polarización
Detrás de todo este asunto también está la polarización, reforzadísima por esa caja de resonancia que son redes como Twitter. Cardero publicará este mes de octubre Aquello que dábamos por bueno (Espasa), un ensayo en el que aborda, entre otras cosas, cómo esa polarización ha afectado a los medios de comunicación creando situaciones que no son reales. “La gran mayoría de la gente está en la centralidad. Es un tío que va a trabajar y no va con el cuchillo. Ese es el español medio, que todavía existe, aunque los partidos se hayan ido a los extremos”, manifestó.
“Hay medios que ya publican hasta 30.000 noticias semanales generadas por la IA”
Y después de las redes se avecina otro gran reto: la inteligencia artificial, a la que ya se han lanzado algunos medios y que puede cambiarlo todo. “Hay medios que ya publican hasta 30.000 noticias semanales generadas por la inteligencia artificial. Se nota la diferencia, pero cada vez menos. La inteligencia artificial te puede ayudar a que el periódico sea más ágil, pero tienes el peligro de no empezar a distinguir la verdad”, señaló Cardero.”Y esto pasa porque la verdad ya no le importa a nadie”, atajó Soto Ivars.
Al final, a modo de tip conclusivo, ambos coincidieron en que la base de la libertad está en la independencia (económica). Es la única manera de poder hacerse un hueco distinguido entre esas voces unísonas del coro griego. “El miedo es infundado. Pasó con el metoo. El problema es la espiral del silencio, pero la hegemonía siempre es falsa. Cuando alguien dice lo que hay que decir, se acaba abriendo un hueco. Esa es la responsabilidad”, zanjó Soto Ivars. Cuando acabó la charla todavía no había llovido.
FUENTE: https://www.elconfidencial.com/cultura/