Protestas Contra el ICE ¿Insurrección o Identidad?

Las protestas contra el ICE comenzaron en Los Ángeles; posteriormente, se extendieron a ciudades como Nueva York, San Francisco, Chicago, Filadelfia, Texas, Boston y Washington.

Además, otras ciudades como Dallas, Atlanta, Houston, Santa Ana, San Antonio, Austin y Seattle también registraron movilizaciones masivas en rechazo a las políticas migratorias actuales.

Como respuesta inicial, el gobierno desplegó 2000 soldados de la Guardia Nacional en Los Ángeles apenas en el segundo día, buscando “restaurar la ley y el orden”.

Aunque líderes calificaban las protestas como una “rebelión contra el gobierno” y una supuesta “invasión extranjera”.

De igual forma, en Paramount, California, también se realizaron manifestaciones con el lema: “Paramount lo construyeron los migrantes”, resaltando el valor histórico del trabajo migrante.

A raíz de eso, comenzaron a verse numerosas banderas mexicanas durante las marchas, que medios nacionales describieron como “símbolos de protesta” y “crimínales extranjeros“.

Protestas contra el ICE. Paramount, California.
Fotografía tomada en Paramount, California. Extraída de BBC News.

En consecuencia, Ronal Johnson, embajador de EE.UU. en México, escribió en X: “Nuestras banderas representan identidad, orgullo y valores, no división ni ilegalidad”.

Protestas contra el ICE, una división de opiniones.

Muchos ciudadanos en Estados Unidos expresaron preocupación, argumentando que exhibir banderas extranjeras “alimenta la narrativa de invasión” en un contexto políticamente polarizado.

Por el contrario, un estudiante con ascendencia mexicana dijo: “Cuando veo una bandera de México en una protesta me siento menos solo”.

También se dijo por la plataforma TikTok: “Expresamos nuestra identidad y nos resistimos a la idea de que debemos esconder quiénes somos para pertenecer”.

Pero, debido al aumento de las protestas, las autoridades desplegaron 700 marines y 4000 soldados adicionales de la Guardia Nacional para controlar posibles disturbios mayores.

Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum declaró públicamente: “Estados Unidos no sería lo que es sin las mexicanas y mexicanos que trabajan del otro lado”.

En contraste, Stephen Miller, asesor en la Casa Blanca, declaró que las protestas eran una “insurrección”.

Igualmente, J.D. Vance, vicepresidente de EE.UU, expresó su opinión a través de la plataforma X.

“Los insurrectos que portan banderas extranjeras están atacando a los agentes de inmigración, mientras la mitad del liderazgo político de Estados Unidos ha decidido que vigilar la frontera es malvado.”

Ante estas declaraciones, el analista Alexandro J. Gradillo comentó: “Apelan a una audiencia ignorante, echando leña al fuego de quienes no entienden su verdadero significado”.

Poco después, Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, acusó a Claudia Sheinbaum de alentar las protestas en Los Ángeles, generando una respuesta diplomática inmediata.

Adicionalmente, Noem dijo: “Tienen derecho a protestar pacíficamente, pero la violencia que estamos viendo no es aceptable y no va a suceder en E.E.U.U.”.

No obstante, Sheinbaum rechazó esas acusaciones, reafirmando su compromiso con una política exterior basada en respeto mutuo, diálogo diplomático y defensa de los derechos humanos.

Por ello, las protestas contra el ICE revelan profundas divisiones sobre inmigración, ciudadanía y el papel de los símbolos culturales en el espacio público estadounidense contemporáneo.

En definitiva, las distintas banderas siguen ondeando en estas protestas, como símbolo de resistencia, dignidad y pertenencia de millones de personas en los Estados Unidos.


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