François Bayrou es destituido por su plan presupuestario tras apenas nueve meses en el cargo como primer ministro de Francia. Su salida refleja la profunda inestabilidad política que atraviesa el país desde el adelanto electoral, marcada por la falta de mayorías parlamentarias y el creciente peso de la deuda pública. El proyecto de Bayrou, centrado en la responsabilidad fiscal, la inversión en educación y la modernización del Estado, abrió un intenso debate sobre el rumbo económico y político de Francia. Bayrou, figura central del centrismo francés, líder del Movimiento Demócrata (MoDem) y ahora ex primer ministro de Francia. Su mandato duró 9 meses, desde diciembre de 2024 hasta su destitución el 8 de septiembre de 2025.
El intento fallido de un voto de confianza
El ex primer ministro François Bayrou buscaba un voto de confianza para su plan presupuestario de 2026, con el objetivo de recortar costos para sanear las cuentas públicas. François Bayrou es destituido por su plan presupuestario ya que no obtuvo los votos necesarios.
Pero… ¿de qué se trataba el plan presupuestario de François Bayrou por el que fue destituido?
Bayrou defendía una política presupuestaria basada en la responsabilidad. Insistía en la necesidad de reducir el déficit público y cumplir con las normas de estabilidad de la Unión Europea (conjunto de reglas fiscales y macroeconómicas diseñadas para garantizar la disciplina presupuestaria y la coordinación económica entre los Estados miembros), pero evitando una austeridad severa que dañara los servicios esenciales. Para él, el equilibrio de las cuentas públicas era un requisito para la credibilidad económica, pero no un fin en sí mismo.
La educación y la investigación eran pilares absolutos de su propuesta. Como antiguo ministro de Educación, consideraba que la inversión en capital humano era la clave para el progreso a largo plazo. Abogaba por aumentar significativamente los recursos destinados a la formación profesional, la digitalización de las aulas y el apoyo a la ciencia, viendo en esto la semilla de la movilidad social y la competitividad futura.
Reforma Fiscal: competitividad y justicia
En el ámbito fiscal, Bayrou proponía una reforma que buscara equilibrar justicia social y dinamismo económico. Por un lado, defendía la progresividad del sistema tributario, es decir, que quienes tuvieran mayores ingresos contribuyeran con una parte más significativa al financiamiento del Estado. Con esto pretendía garantizar que el esfuerzo recayera de forma más equitativa y evitar que las cargas fiscales pesaran desproporcionadamente sobre la clase media o los sectores más vulnerables.
Además, consideraba prioritario el combate a la evasión y elusión fiscal, prácticas que afectan gravemente los ingresos públicos y generan desigualdad, pues permiten que grandes fortunas o corporaciones reduzcan artificialmente su contribución. Su intención era reforzar los mecanismos de control, la cooperación internacional y la transparencia en el flujo de capitales.
Al mismo tiempo, Bayrou buscaba incentivar la actividad productiva. Para ello proponía reducir la carga tributaria que enfrentan las pequeñas y medianas empresas (pymes) y los trabajadores autónomos, sectores que consideraba esenciales para la innovación, el empleo y la cohesión social. Con menores impuestos y trámites simplificados, se pretendía impulsar la inversión, el emprendimiento y la creación de empleo de calidad.
El objetivo final era construir un sistema fiscal más simple, eficiente y previsible, que evitara la complejidad excesiva, los vacíos legales y la desconfianza hacia el Estado. Para Bayrou, la legitimidad de las finanzas públicas dependía tanto de la capacidad de generar ingresos suficientes como de la percepción ciudadana de que el esfuerzo fiscal era equilibrado y justo.
Modernización del estado: proyecto con visión europea
También era fundamental para su plan la modernización del Estado. Planteaba una reforma profunda de la administración para hacerla más ágil y menos costosa, lo que permitiría ahorrar recursos sin recortar servicios. En temas sensibles como las pensiones o la sanidad, defendía ajustes para garantizar su sostenibilidad, pero siempre mediante el diálogo y sin medidas traumáticas.
Por último, su europeísmo era inseparable de su visión económica. Creía en la necesidad de una coordinación presupuestaria más estrecha en la UE, con armonización fiscal y políticas de inversión conjunta, para fortalecer el proyecto común y afrontar mejor los desafíos globales.
Bayrou es destituido: consecuencias políticas
La destitución de François Bayrou evidencia los retos de gobernabilidad que enfrenta Francia en un escenario sin mayorías estables. Aunque su plan presupuestario buscaba equilibrio entre disciplina fiscal y protección social, la falta de respaldo político impidió su continuidad, reflejando la fragilidad del sistema político francés ante la crisis actual.
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