Basura espacial: Soluciones tecnológicas para limpiarla #Uninter #Escat #Tecnología #Ingenierías #IngenieríaAmbiental

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El problema de la basura espacial esta enlazado con el cambio climático. En la órbita del planeta hay cientos de satélites inactivos y miles de fragmentos de los cohetes que se han lanzado en los innumerables proyectos espaciales, también restos de colisiones. Esta situación es un peligro real en la actualidad, tanto para las telecomunicaciones terrestres como para las misiones en marcha.

Las actividades humanas dejan demasiados satélites inactivos y fragmentos desechados de maquinaria en la órbita terrestre

“Las actividades humanas dejan demasiados satélites inactivos y fragmentos desechados de maquinaria en la órbita terrestre. Si no se vigila, la basura espacial podría generar problemas significativos a las futuras generaciones y dificultaría cada vez más el acceso al espacio o, en el peor de los casos, lo imposibilitaría.”

The New York Times – 2021

¿Qué es y cuántos tipos de basura espacial existen?

La basura espacial engloba cualquier pieza o resto dejado por el ser humano en el espacio y cuyo origen, se encuentra en la Tierra. Estos desechos espaciales pueden ser tan grandes como un satélite inactivo, similar al tamaño de un automóvil, o tan pequeño como una escama de pintura. El verdadero peligro es la velocidad a la que se mueven estos objetos, más de 28.000 kilómetros por hora, y que los convierte en auténticos proyectiles.

De acuerdo con la Agencia Espacial Europea (ESA), los desechos espaciales incluyen:

Carga útil: se refiere, principalmente, a satélites. Incluye los fragmentos como resultado del deterioro o de colisiones.
Cohetes: restos de las etapas empleadas para poner misiones en órbita. También incluye los fragmentos como resultado del deterioro o de colisiones.
Objetos relacionados con las misiones: por ejemplo, herramientas perdidas, como tornillos, cables, cámaras, etc.

Por su tamaño, los desechos espaciales se clasifican de este modo:

Menos de 1 cm: se estima que hay más de 128 millones de estos fragmentos y en su mayoría son indetectables.
Entre 1 y 10 cm: se calcula que hay unos 900.000 en órbita y su tamaño puede ir desde el de una canica al de una pelota de tenis.
Más de 10 cm: estos objetos incluyen desde herramientas perdidas en misiones hasta satélites fuera de servicio.

Cómo se ve la basura espacial, un satélite dejando residuos en el espacio.

ClearSpace 1, un proyecto tecnológico de limpieza de basura espacial

A comienzos de este año el Surrey Space Centre lanzará RemoveDebris, un proyecto que pondrá a prueba varias tecnologías capaces de recoger esa basura cósmica y devolverla a la atmósfera terrestre: ClearSpace 1. El programa probará dos sistemas. El primero se trata de una especie de red de pesca arrastrada por una nave que atrapará los desperdicios y los devolverá a la tierra. En el momento de reingresar a la atmósfera la mayor parte de los desechos se quemarán, y el resto serán guiados hasta amarar en el mar. El segundo consiste en una vela solar, un sistema que ya ideó el escritor Carl Sagan, y que podría ponerse en práctica para arrastrar la basura fuera de la órbita de la Tierra y hacerla caer en espiral hacia la atmósfera terrestre.

La propuesta tecnológica de ClearSpace 1 llevaba un tiempo en las pizarras de los ingenieros, pero este año por fin se ha firmado un acuerdo con la Agencia Espacial Europea. La misión tendrá lugar en el año 2025 y su objetivo consistirá en retirar un fragmento del cohete Vega lanzado en 2013 (una pieza voluminosa, de unos cien kilos y un tamaño similar al de muchos satélites en órbita, motivo por el que se ha seleccionado). La ESA invertirá setenta millones de euros en el proyecto y pretende convertirlo en una nueva plataforma para la retirada de objetos de gran tamaño en la órbita baja de la Tierra.

Otras estrategias de limpieza espacial.

Por suerte, ClearSpace 1 no es la única tecnología que se está probando para solucionar el problema. Se han probado otras estrategias: desde redes eyectables que atrapan fragmentos flotantes, hasta arpones de titanio que recolectan las piezas. Sin embargo, la clave reside en que los dispositivos en órbita se lancen con un plan de recuperación previo.

Se espera que la nueva generación de satélites vaya equipada con diversos dispositivos como las velas Dragsail que se despliegan al final de la vida útil del satélite. Estas velas inducirán el descenso gradual del satélite hasta su caída y desintegración definitiva. Otra opción es que incluyan una placa de anclaje magnética que facilite la recogida por medio de un hipotético “camión” de basura espacial.

Estas estrategias serán esenciales, ya que para el año 2029 se calcula que habrá 57 000 satélites en órbita. Afortunadamente, esta vez contamos con el conocimiento y las herramientas para resolver la situación antes de que la acumulación de basura espacial sea insostenible.

Fuentes: I´MNOVATION, IBERDROLA

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