La nueva técnica de cultivo marino multiplica por cuatro la producción de algas laminariales de forma ecológica. Esto para aumentar la producción de biocombustible.
El futuro del BioCombustible
El uso de biomasa para producir biocombustibles y otros recursos va camino de convertirse en una de las estrategias fundamentales para una economía más sostenible. Y ahí los océanos tienen mucho que decir.
Hasta ahora, gran parte de los biocombustibles recurrían a la producción agrícola convencional. El problema de esa estrategia es que en muchas ocasiones afecta a la disponibilidad de cereales y vegetales con fines alimentarios. Ejemplo de ello es la llamada “crisis de las tortillas” en México, en la que el precio del maíz se disparó al derivarse éste a la producción de etanol y biodiésel. Las algas, en cambio, crecen de forma espontánea en los mares y no requieren fertilizantes o procesos de cultivo complejos.
Los investigadores del USC Wrigley Institute for Environmental Studies (Instituto Wrigley de Estudios Medioambientales de la Universidad de California del Sur) han fijado su atención en una variedad gigante de algas laminariales, la macrocystis pyrifera, como futura materia prima. Los resultados de su estudio se han dado a conocer en la publicación científica Renewable and Sustainable Energy Reviews.
Primeras pruebas exitosas
Los científicos han estado realizando pruebas desde el año 2019. El experimento comenzó por recoger algas salvajes y acoplarlas a la plataforma. A lo largo de cien días, el armazón ascendió a diario para ofrecer más luz a las algas. Posteriormente, las algas volvían al fondo marino, a unos ochenta metros de profundidad. Allí, el cultivo absorbía los nitratos y los fosfatos sedimentados. Además, se comprobaron aspectos como la temperatura y el estado del agua. Todo ello se comparó con el crecimiento de las algas salvajes. Los resultados, según los investgadores, han sido positivos: la producción de biomasa de estas algas se ha multiplicado por cuatro. Al parecer, factores como la mayor presión del agua no afecta al crecimiento de las algas.
Aplicaciones
Las aplicaciones de las algas son prácticamente infinitas. De este modo, junto con su uso como alimento o biocombustible, también se están explorando otras opciones. Por ejemplo, losetas de cerámica que utilizan un aerogel basado en para limpiar el agua que cae sobre los edificios. O la utilización de microalgas procedentes de aguas residuales para como alimento en acuicultura. O, por qué no, algas como materia prima para producir bolsas de bioplastico.
En definitiva, si los océanos son el origen de la vida, no es de extrañar que volvamos la mirada hacia ellos en una época de crecientes retos ecológicos del cambio climático .
Fuente: I´MNOVATION
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