B(it). Hipótesis, realidades y ficciones científicas en torno al acelerón de la tecnología y el concepto de Singularidad…
La unión hace la fuerza (tecnológica)
B(it). La convergencia tecnológica. Uno de los ejemplos más celebrados de este desarrollo multidisciplinar son los nanorobots que, inyectados en el flujo sanguíneo, pueden llegar a combatir tumores cancerígenos, un ejemplo de cómo la nanotecnología y la biología confluyen dando lugar a resultados no imaginados antes. “Estas tecnologías surgen cuando se pasa el tiempo en el que la física, la química y la biología funcionaban por separado y empiezan a ir juntas.
A este entramado multidisciplinar se le ha bautizado con diferentes acrónimos: NBIC (de nano, bio, info y cogno) y el llamativo BANG (de bit, átomo, neurona y gen). “Hay que hacer notar que la convergencia no significa superponer diferentes tecnologías que se vayan alcanzando, sino pensar ese avance como un todo”, dice Aguiló, “por eso son comunes los equipos multidisciplinares”.
Que viene la Singularidad
Gordon E. Moore, cofundador de Intel, fue una de las primeras personas que reparó en la forma en la que la tecnología evoluciona y formuló una pauta para explicarla. Según una ley empírica conocida como Ley de Moore, propuesta en 1965, el número de transistores en un microprocesador se duplica aproximadamente cada dos años, es decir, la capacidad de computación crece de forma exponencial.
“Su misión declarada es formar a líderes que apliquen las tecnologías exponenciales para afrontar los retos a los que se enfrenta la humanidad, con un claro enfoque económico y empresarial”
Distopías singulares
“En todo lo relacionado con la interfase biofísica, piel, ojos, nariz, miembros, no hay problema: es posible la conexión de la tecnología con el organismo”, explica Ulises Cortés, investigador en Inteligencia Artificial,
sin embargo, integrar memoria con memoria, por ejemplo, guardar la organización mental en un microchip, es todavía ciencia ficción”.
Existen otras objeciones: “Si la Singularidad realmente ocurre podría darse una sociedad dividida en la que solo los más ricos pudieran acceder a los avances tecnológicos y mejorar su cuerpo”, explica José Ramón Vázquez, doctor en Ciencias Físicas
Es normal que aparezcan voces discrepantes dado los cambios tan radicales que esta hipótesis conlleva”, concluye Luis Rey, “tal vez no estemos preparados para asumir esa perspectiva, pero la iremos integrando en nuestra vida cotidiana. Cuando empezó el ferrocarril había quien decía que aquellas velocidades eran incompatibles con la vida humana”.
Fuente: EL PAÍS