La agencia espacial probará esta aeronave experimental en zonas urbanas para recabar datos entre la población con el objetivo de levantar la prohibición de estos vuelos y preparar rutas comerciales hipersónicas.
El sueño de lograr que los vuelos supersónicos comerciales sean algo tan habitual en el futuro como hoy lo es montarse en un chárter para ir a la playa, ha dado un paso adelante para hacerse realidad. La NASA ha presentado formalmente su avión experimental X-59, capaz de romper la barrera del sonido sin causar apenas ruido. Ese logro elimina uno de los grandes problemas para el uso de la velocidad hipersónica en la vida diaria.
Su objetivo es abrir el camino a una nueva generación de vuelos comerciales que puedan desplazarse a una velocidad superior a la del sonido y reducir a la mitad la duración de las rutas: de Nueva York a Londres, por ejemplo, en apenas tres horas.
El artefacto parece la visión futurista, y minimalista, de la fusión entre un avión y una flecha. De 30 metros de largo y 9 de envergadura, un tercio de su fuselaje lo compone el morro, largo y delgado como el pico de una cigüeña. Algo que le permite, según ha explicado Melroy, impedir la acumulación de las ondas sonoras que provocan el boom característico de la aviación supersónica.
Pero, aunque haya dado un nuevo paso, el sueño de los vuelos hipersónicos comerciales aún tiene un largo camino por delante. Según reconoce la NASA, para hacer estos planes viables es necesario mejorar aspectos como la eficiencia en el consumo de combustible o la reducción de emisiones. “Tiene que ser sostenible”, recuerda la agencia espacial.