Fuchsia OS lleva en desarrollo varios años, pero no fue hasta hace unos meses que abrieron el código a desarrolladores.
Ahora Google parece querer llevar más lejos esta plataforma: en una serie de ofertas de trabajo Google indica que “es momento de expandirlo a dispositivos inteligentes adicionales y a otros formatos”. No se habla específicamente de móviles, pero desde luego en Google podrían estar preparando ir dejando atrás a Android y su núcleo Linux, y la razón es la de siempre: tener el máximo control posible sobre la plataforma.
El despliegue de Fuchsia va lento pero seguro
Al contrario de lo que ocurre con Android, Fuchsia no hace uso de un kernel Linux, sino de un microkernel llamado Zircon. Las implicaciones para Google son claras: al no depender de Linux, no tiene que responder a las exigencias de la licencia GPL de ese kernel, y puede controlar totalmente esa plataforma y licenciarla (o no).
Si algo está siendo Google con Fuchsia es paciente. El despliegue de la plataforma es muy, muy paulatino, y solo hace unos meses comenzaron a sustituir el sistema operativo Cast de los Nest Hub por Fucshia, y que no hayan surgido problemas da buena cuenta del aparente buen comportamiento de esta nueva plataforma.
En una nueva serie de ofertas de trabajo Google parece estar dispuesta a subir la apuesta. Se habla ya de una división de ‘Dispositivos Fuchsia’ en la que trabajarán un equipo de ingenieros que llevarán este sistema operativo a otros dispositivos inteligentes y a otros formatos.
No se especifica cuáles de forma concreta, pero sí se menciona que “Chromecast, videoconferencia y aprendizaje profundo son partes fundamentales de los productos inteligentes que llegarán pronto”.
No se espera no obstante que los Chromecast que aparezcan en el futuro integren esta plataforma, sino que productos de la división Nest puedan tener funciones de ‘casting’ con las que por ejemplo enviar contenidos desde el teléfono móvil.
Lo que parece claro es que en Google quieren impulsar esta plataforma poco a poco, un esfuerzo en el terreno software que se une a sus avances en el control también de su propio hardware. El chip Tensor que será protagonista en los Google Pixel 6 es prueba de ello, y parece que parte del futuro de Google está marcado por ese control total del binomio SW/HW.