Han sustituido el grafito del ánodo por el silicio, y eso tiene muchas, pero que muchas ventajas y una de ellas es en wearables.
Los científico llevan prometiéndonos baterías revolucionarias desde hace años. Presentan un estudio o una investigación y lo adornan con datos que parecen prometer que al fin tendremos una mejor alternativa a las baterías de ión-litio actuales. Luego llega la letra pequeña, que normalmente nos dice que esos avances tardarán años en estar disponibles a gran escala. Muchos enlaces y muchas promesas pero ahí seguimos, esperando.
Precisamente eso es lo que ha cambiado un poco con Sila Nanotechnologies, una empresa que sí parece tener su particular revolución de baterías a la vista.
Una tecnología que lleva años en desarrollo
Gene Berdichevsky fue uno de los primeros empleados de Tesla, y se encargó de supervisar el desarrollo de las baterías que usarían sus primeros coches eléctricos. Este ingeniero dejó Tesla para fundar una empresa con Jagdeep Singh, un emprendedor que, como él, tenía claro que era necesario invertir en mejores baterías.
Las baterías con ánodos de silicio no son de hecho nuevas: hablamos de ellas en octubre de 2019, cuando fueron implementadas en el Xiaomi Mi MIX Alpha, y un año antes también Huawei había planteado unas baterías de litio-silicio que permitían mejorar la carga rápida de sus smartphones.
Parece no obstante que Sila tiene aquí cierta ventaja y ha logrado encontrar al fin la composición exacta de silicio que permite utilizarlo en el ánodo sin que las desventajas de este material —que es bastante inestable y se expande en su volumen al cargarlo— estén presentes.
Primero en wearables, después quizás los coches eléctricos
En Sila se han aliado con WHOOP, un fabricante de wearables que acaba de lanzar su nueva pulsera cuantificadora WHOOP 4.0. Lo ha hecho presumiendo de que el tamaño de este dispositivo es un 33% menor que su antecesor gracias precisamente a la batería desarrollada por Sila Nanotechnologies.
Según Berdichevsky el uso del silicio en lugar del grafito en el ánodo permite alcanzar una densidad de hasta el 20% mayor, lo que significa que es posible usar una batería más pequeña para lograr la misma autonomía, o liberar espacio para integrar otros componentes en el dispositivo.
En Sila, eso sí, son cautos: dichas mejoras también tardarán algún tiempo en llegar: esperan que su tecnología esté masivamente disponible en la segunda mitad de la década. Ellos ya están dedicando gran parte de la inversión que han recibido en aumentar su capacidad de producción de estas baterías, pero eso llevará tiempo aunque iremos viendo dicha tecnología en otros dispositivos próximamente, aseguran.
Fuente: Xataka
Ingeniería Industrial y de Sistemas de Calidad.
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