Micotectura: Se trata de un material ignífugo, resistente al moho y al agua y que puede alcanzar una dureza superior al hormigón a igual peso. Su proceso de fabricación, aunque más lento que el de otras soluciones constructivas como el hormigón, es relativamente sencillo.
El sustrato puede crearse a partir de desechos de todo tipo, desde agrícolas hasta materiales procedentes de demoliciones. Y no solo eso: el micelio puede adoptar cualquier tipo de forma en función del molde elegido.
Maurer no es el único defensor acérrimo de una disciplina que cabría bautizar como micotectura. Otro ejemplo sería la torre Hy-Fi, diseñada por el arquitecto David Benjamin.
La estructura se construyó a partir de diez mil ladrillos de micelio como parte de una demostración realizada en una exposición del MoMa, el museo de arte moderno de Nueva York. Sin embargo, Maurer está trabajando en concepto más avanzados de arquitectura sostenible.
Biocycler, una máquina portátil para producir ladrillos de micelio
Biocycler parte de un concepto similar, aunque en lugar de producir materiales plásticos genera ladrillos de micelio. La principal materia prima es la madera y los residuos con base de celulosa procedentes de la construcción.