Micotectura: ladrillos a partir de hongos #IngenieríaAmbiental

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La micotectura de Biocycler o Biohab son soluciones capaces de convertir residuos orgánicos en ladrillos por medio del micelio de los hongos, y la NASA ya está interesada.

Micotectura

El uso del micelio, es decir, los filamentos que los hongos utilizan a modo de raíces, es una de las claves. Se trata de un material ignífugo, resistente al moho y al agua y que puede alcanzar una dureza superior al hormigón a igual peso.

Su proceso de fabricación, es más lento que el de otras soluciones constructivas como el hormigón, pero es relativamente sencillo. Basta con inyectar el micelio vivo en un sustrato orgánico para que este crezca y adopte la forma deseada.
Luego, tras un tratamiento de calor para interrumpir el crecimiento se endurece y ya está listo para usarse. Además, el sustrato puede crearse a partir de desechos de todo tipo, desde agrícolas hasta materiales procedentes de demoliciones.

Y no solo eso: el micelio puede adoptar cualquier tipo de forma en función del molde elegido.

Biocycler la máquina portátil para producir ladrillos de micelio

Biocycler es un concepto que en lugar de producir materiales plásticos genera ladrillos de micelio. La principal materia prima es la madera y los residuos con base de celulosa procedentes de la construcción.

El Biocycler es un container portátil que se puede trasladar a cualquier lugar con abundancia de residuos. La máquina procesa la madera, elimina barnices y otros productos químicos y, finalmente, produce los ladrillos de micelio.

Del MIT a la NASA

Un lugar con difícil acceso a materiales de construcción, es Marte. Así, estos proyectos centrados en el uso de hongos han despertado el interés de la NASA, que considera la micotectura como una alternativa viable para construir soluciones habitacionales en otros planetas.

La agencia estadounidense está financiando un proyecto que se basa en el envío de algas y esporas de hongos al planeta rojo. Una vez allí, gracias al agua existente en el subsuelo, se podría estimular el crecimiento de las algas. Posteriormente, el micelio se alimentaría de esta materia orgánica hasta producir los ladrillos o módulos necesarios.

Fuente: I’MNOVATION

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