Trastorno psicótico compartido #Bienestar #Uninter

Psicótico: Síndrome psiquiátrico poco frecuente, y que se relaciona con la transmisión de ideas paranoicas y/o delirantes de una persona a otra.

¿Qué es el trastorno psicótico compartido?

El trastorno psicótico compartido es uno de los desórdenes menos frecuentes, e incluso se ha dudado de su existencia como tal; esta enfermedad consiste en que la psicosis es trasmitida de un individuo a otro, compartiendo ambos un mismo cuadro sintomático.

También es conocido como folie a deux, esto es, “locura de dos”. Sin embargo, este trastorno no está limitado únicamente a dos personas; de hecho, pueden ser varios los individuos que compartan un mismo trastorno psicótico, o incluso un grupo amplio de personas. Cuando se trata de un grupo muy amplio de personas se denomina histeria colectiva, en vez de trastorno psicótico compartido.

Por lo general, el paciente con el trastorno original es una persona dominante o de influencia en su entorno social. Es desde esta posición de relevancia desde donde impone o traspasa su delirio a otro u otros individuos más sumisos. Identificar a la persona con el trastorno primario suele ser un paso de importancia para tratar este desorden. Esto es porque, una vez separados ambos, es más fácil que el paciente con el trastorno secundario abandone los delirios.

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Posibles causas

Con respecto a este cuadro psiquiátrico, sus posibles causas pueden ser factores psicosociales y biológicos, que actuarían como predisponente para su aparición. De igual manera, según Torres et al. (2012) se postula también la existencia de factores genéticos asociados.

Por otra parte, es necesario realizar los exámenes de rigor para descartar otro tipo de trastornos. Estos pudieran ser de origen facticio, de simulación o trastornos psicóticos secundarios a una enfermedad médica. También, hay que descartar demencias, y psicosis derivadas por el uso de sustancias psicoactivas (Gálvez, 2003).

En general, no se han estipulado causas en concreto y como se mencionó inicialmente, pudieran ser una serie de circunstancias que tengan relación con su aparición.

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Sintomatología

Estos se manifiestan en un individuo que tiene una relación excesivamente cercana con otra persona que usualmente presenta delirios. En estos casos los factores psicosociales son vitales para su aparición y desarrollo.

Sus dos componentes llevan una relación asimétrica. Se aíslan de las personas que le rodean y de su ambiente, desarrollando una proximidad enfermiza entre ellos. Esto puede ocurrir, por ejemplo, en varios miembros de una misma familia.  Lo que puede generar que las intervenciones sean difíciles de llevar a cabo.

Por otro lado, existe un componente que presenta una idea delirante debido a cierta cronicidad psiquiátrica. Por ejemplo, la primera persona que manifiesta la sintomatología vive con un trastorno psiquiátrico como esquizofrenia paranoide, trastorno delirante, etc.

Este suele tener una personalidad llamativa y dominante sobre la segunda persona. Dada la relación de poder que tiene con la primera persona, y cierta predisposición del otro sujeto, el delirio compartido puede manifestarse. Cuando observamos aspectos anormales contenidos en ideas, percepción y conductas, se pueden reconocer algunos aspectos de este tipo de delirio.

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¿Cómo se trata el trastorno psicótico compartido?

Una de las primeras medidas a adoptar a la hora de tratar este trastorno es la separación de ambos pacientes. Generalmente, el paciente secundario suele abandonar sus delirios una vez que se aleja de la influencia del paciente primario. En el caso de este último, el tratamiento suele ser diferente; por lo general, el abordaje a emplear es similar al que se utiliza en los casos de un trastorno delirante. Frecuentemente resulta necesario combinar un tratamiento farmacológico y psicoterapia. Muchas veces, el paciente está tan firmemente convencido de sus delirios que se niega en rotundo a buscar ayuda.

A través de las diferentes sesiones, el psicólogo guía al paciente para que explique sus delirios, pero sin confirmarlos nunca. Posteriormente, se empieza a desarrollar una reestructuración cognitiva, que le permita controlar sus sentimientos, emociones y comportamientos. Así, poco a poco el paciente va tomando consciencia de los errores en sus delirios, y modificando también su comportamiento.

Fuente: Somos Psicólogos

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