Los residuos orgánicos es una nueva técnica que permite convertir los residuos alimentarios y estiércol en combustible para aviones, reduciendo hasta un 165% las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los residuos orgánicos es la batalla de la nueva economía
El uso de combustibles alternativos buscan reducir la huella de carbono de este sistema de transporte. Por ahora, los sistemas de propulsión eléctrica o con pilas de hidrógeno siguen en desarrollo y no van a surcar los cielos a corto plazo. Así, la industria está apostando por combustibles basados en aceites industriales, pero el coste sigue siendo elevado y lo normal es destinarlos a la producción de diésel en lugar de queroseno. Por otro lado, los residuos orgánicos se utilizan para obtener metano, un gas sin aplicaciones en la aviación actual. Por suerte, parece que los investigadores e ingenieros del Laboratorio Nacional de Energía Renovable de EE. UU han encontrado una solución.
El viaje desde los vertederos a los tanques de combustible
Actualmente buena parte de los residuos orgánicos con un gran porcentaje de humedad acaban en vertederos o se usan para producir metano. Sin embargo, la nueva técnica presentada en la publicación científica PNAS permite convertir este tipo de residuos, ya sea de origen animal o vegetal, en queroseno sostenible. El secreto reside en interrumpir el proceso de metanización y obtener ácidos grasos volátiles (conocidos como VFA). A continuación, se aplican dos procesos catalíticos para generar un combustible apto para la aviación. El último paso consiste en añadir un 30 % de queroseno convencional a la mezcla.
Según apuntan los investigadores, la nueva estrategia ofrece una serie de ventajas. Por un lado, se produce una reducción neta del 165 % en los gases de efecto invernadero emitidos. Esta cifra es el resultado de combinar la reducción en las emisiones de los aviones y las emisiones de los vertederos. Además, la combustión produce un 34% menos de hollín, un residuo que multiplica la acumulación de calor por causa del CO2.
Tras la demostración de la viabilidad del proceso en el laboratorio y pasar los procesos de certificación de la industria, el equipo se dispone a llevar a cabo las primeras pruebas en aviones reales en 2023, de la mano de Southwest Airlines, una aerolínea estadounidense.
Hidrógeno verde: el futuro de la aviación
Tal como apunta Derek Vardy, el ingeniero que ha liderado el estudio, esta estrategia es un hito importante en el camino hacia una aviación sostenible. Sin embargo, sólo será una fase de transición. La verdadera sostenibilidad vendrá dada por el uso de energías de origen totalmente renovable. En ese sentido, el hidrógeno verde, generado por medio de un proceso de electrólisis alimentado por energía renovable, podría ser una de las grandes bazas de la aviación del futuro.
Esa es la visión de compañías como Airbus, que ha presentado el proyecto ZeroE con tres prototipos que utilizan hidrógeno líquido como fuente de energía. El modelo de mayor tamaño alcanzará una autonomía de 3700 kilómetros. Además de operar con turbinas de gas modificadas, el hidrógeno se utilizará para generar electricidad, lo que permitirá un sistema de propulsión híbrido.