Técnica Feyn8man: ¿Te gustaría conocer una técnica de memorización rápida? ¿Quieres saber cómo puedes estudiar mejor y de una forma más efectiva?
En este artículo te vamos a explicar en qué consiste la técnica Feynman, una eficaz técnica de estudio que te ayudará a estudiar mejor y más rápido y te daremos algunos consejos sobre cómo aplicarla cuando estás estudiando para obtener los mejores resultados posibles.
La técnica Feynman: el método para estudiar mejor
¿Cómo aplicar la Técnica Feynman para estudiar?
La Técnica de Feynman es una efectiva técnica de memorización que se lleva a cabo en cuatro pasos. Cada uno de estos pasos hace que, casi sin darte cuenta, tu cerebro vaya, poco a poco, asimilando la información que tratas de memorizar.
Una de las frases más célebres de Albert Einstein es: “Si no puedes explicar algo de forma sencilla, es que no lo entiendes lo suficiente”, pero podríamos reordenar estas ideas para afirmar que “Si no entiendes algo lo suficiente, explícalo”. Esta técnica de estudio se basa en esta última afirmación. De manera que la mejor forma para asimilar y entender un determinado concepto es explicárselo a otra persona.
Lo más seguro es que no tengamos siempre alguien a nuestro lado que esté dispuesto a que le expliquemos aquello que estamos estudiando en el momento, y por eso Feynman desarrolló esta técnica. Básicamente, tú vas a actuar como el estudiante que debe explicar el concepto y el amigo que tiene que entenderlo. Tendrás que desdoblar tu personalidad.
Primer Paso: Selecciona el concepto o tema a estudiar
Para comenzar esta técnica de estudio debes seleccionar el tema o concepto que tienes que estudiar y que posteriormente tendrás que desarrollar. Coge una hoja de papel y pon el título. Sea cual sea el tema o concepto que estés estudiando, nómbralo de manera que te quede claro desde el primer momento de qué vamos a hablar (el teorema de Pitágoras, la fotosíntesis, etc.), así evitarás perderte o andarte por las ramas.
Segundo Paso: Desarrolla el tema en el papel
Una vez que hayas estudiado el tema que tienes entre manos, deberás explicarlo y desarrollarlo en el papel utilizando un lenguaje sencillo. Escribe todo lo que recuerdes, desde esquemas hasta fechas clave, imágenes ó cualquier cosa que te permita recordar la mayoría de información posible sobre aquello que estás estudiando.
Una vez hecho esto, explica el tema en voz alta, como si estuvieses dando clase a alguien. Esto te hará darte cuenta de aquellas áreas que todavía no tienes controladas: identificar qué conceptos tienes claros y en cuales estás fallando es más sencillo si lo explicas en voz alta.
Tercer paso: Completa la información que te faltaba
Ahora que ya has identificado claramente en qué áreas estabas fallando, es hora de coger el papel y de revisar y completar la información de estas partes del tema.
Puedes utilizar cualquier información que tengas a tu alcance, desde imágenes hasta datos curiosos. Usa los medios de los que dispongas, aprovecha apuntes, libros o internet. Cualquier cosa que te ayude a ampliar conocimientos y mejorar tu comprensión del tema que estás desarrollando será bienvenida.
Es muy importante que desarrolles correctamente este paso y completes muy bien el tema que estés estudiando, ya que, en gran medida, el éxito en esta técnica de estudio depende de que ejecutes este punto de la forma más completa que puedas.
Cuarto paso: Reescribe y explica el tema como si se lo enseñaras a un niño
El cuarto y último paso de la Técnica de Feynman es el que te hará darte cuenta de que ya has aprendido lo que estabas intentando memorizar.
En este paso debes coger la información que has desarrollado y corregido previamente y reescribirla. Puede que te parezca pesado pero esta vez vas a escribirla de una forma diferente. Esa información con datos técnicos y concretos debes volver a escribirla en un papel utilizando un lenguaje sencillo, el que tú usas a diario.
Una vez que tienes la información reescrita con tus propias palabras debes explicarla, en voz alta, de la misma manera que se lo explicarías a un niño pequeño. Esto quiere decir que lo hagas de manera sencilla, sin usar un lenguaje complicado. Utiliza cualquier símil o ejemplo que creas que un niño podría comprender para explicar el concepto.