Actualmente TSMC acapara un gran porcentaje del 54% del mercado global de los semiconductores, según Visual Capitalist.
En su nutrida cartera de clientes se codean, y lo hacen de una forma casi literal, Apple, NVIDIA, AMD o Qualcomm, entre muchas otras grandes compañías. De hecho, incluso fabrica circuitos integrados para Intel.
Como podemos intuir, esta posición de claro dominio obedece a varias reglas que explican por qué tantas empresas compiten para hacerse un hueco en sus nodos de fabricación de chips. La capacidad de TSMC es vasta, pero también es finita, lo que ha obligado a esta gigantesca compañía taiwanesa a asignar cuotas a sus clientes para repartir su producción.
No obstante, este no es en absoluto el único fabricante de circuitos integrados que se ha visto obligado a recurrir a esta estrategia para intentar dar respuesta al máximo número de clientes posible. La crisis galopante de semiconductores en la que estamos sumidos ha colocado en la misma situación a prácticamente todos los productores de chips.
Sin embargo, TSMC no es uno más. Por si no fuese suficientemente impactante ese 54% de cuota global que acapara en el mercado de los circuitos integrados, también tiene en sus manos otro registro si cabe aún más espectacular: más del 90% de los procesadores de última hornada salen de sus fábricas. No obstante, estas cifras no exhiben solo lo bien que le va; también reflejan el rol fundamental que jugará esta compañía en la extinción de la crisis.
Cómo ha conseguido TSMC un dominio tan aplastante (y, además, en poco tiempo)
Morris Chang, el fundador y primer ejecutivo de esta compañía, puso en marcha TSMC en 1987. Tres décadas y media pueden parecer mucho tiempo, pero en una industria tan compleja como la de los semiconductores no lo es. De hecho, hacerse con un liderazgo tan férreo en un mercado en el que entran en liza otras compañías gigantescas y con una trayectoria mucho más larga, entre las que se encuentra, por supuesto, Intel, no es nada fácil.
El éxito de TSMC se erige sobre tres pilares fundamentales, como explica Ignacio Mártil de la Plaza, doctor en Física y catedrático de Electrónica en la Universidad Complutense de Madrid experto en semiconductores con quien tuvimos la oportunidad de hablar largo y tendido hace unos meses. El más importante de todos ellos es la gran cantidad de talento técnico que esta compañía tiene a su disposición.
El segundo pilar del éxito de TSMC es, según su fundador, la contrastada capacidad de gestión que tienen sus gerentes locales. Estos ejecutivos se responsabilizan de la administración del día a día de las instalaciones de esta compañía.
El tercer y último pilar es el menos evidente de todos, pero también tiene un impacto directo en el buen funcionamiento de TSMC. Taiwán tiene una amplia red de carreteras y trenes de alta velocidad que conecta todos los centros de producción de esta empresa, por lo que sus trabajadores pueden desplazarse de una forma eficiente y flexible. De hecho, este recurso permite a algunos de ellos vivir en una ciudad y desplazarse a su centro de trabajo en otra distinta sin que se vean obligados a reubicar su núcleo familiar.
Fuente: Xataka
Ingeniería Industrial y de Sistemas de Calidad.
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