La tecnológica surcoreana presentó este miércoles en Nueva York, EE.UU., el Galaxy Note 8, un teléfono más grande, caro -y presumiblemente más seguro-que su modelo anterior.
Y el aparato que saldrá a la venta en todo el mundo el próximo 15 de septiembre muy probablemente también será mucho más exitoso.
El nuevo celular ofrece por primera vez dos cámaras traseras -cada una de ellas de 12 megapíxeles (ligeramente mayores que las del S8)- con diferentes funciones, distancia focal y apertura.
Sin embargo, la doble cámara de Samsung es la primera del mercado en ofrecer estabilización de imagen óptica, la cual permite obtener una calidad de imagen mucho mayor.
El teléfono tiene también una cámara frontal -la de los “selfies”- que cuenta con ocho megapíxeles.
Galaxy Note 7 más que un teléfono es un phablet, es decir, un celular tan grande que resulta un híbrido entre teléfono (“phone”) y una tableta (“tablet”), un concepto que la compañía inventó cuando sacó al mercado su primer Note, en 2011.
La pantalla del Note 8 tiene unas dimensiones de 6,3 pulgadas de diagonal -ocupa el 83% de la superficie total del teléfono- e incluye opciones biométricas para desbloquearla, desde la huella dactilar hasta el escáner de iris o el reconocimiento facial.
Además, el teléfono contará con mejoras en la sensibilidad y capacidades de su lápiz SPen, 6GB de memoria RAM, 64GB de almacenaje (expandibles con tarjeta micro SD), carga rápida y Bluetooth 5.0.
Y al igual que su versión anterior, será resistente al agua y al polvo.
Su precio es alto: US$1.190.