Pinta con spray en gran formato, pero no es grafitera ni encaja con el arte urbano habitual. Su estilo es más cercano a la poesía visual y plasmó sus primeros murales gigantes en espacios rurales. Mireia Serra cambió en 2014 el diseño gráfico publicitario por la pintura en la calle y se convirtió en Lily Brik. Es la artista que está llenando edificios de las comarcas de Lleida de grandes mujeres que miran con convicción, fortaleza, calidez y ternura.
Es de Lleida, acaba de cumplir 28 años y ha sido seleccionada en el concurso Graffiti without Gravity de la Agencia Espacial Europea (ESA en sus siglas en inglés) en la sede de Noordwijk (Holanda). Si gana, tendrá la oportunidad de pintar en gravedad cero.
Las miradas le gustan especialmente. Pinta enormes ojos porque dice que es dónde está la verdad de las personas. “Mis grandes murales acostumbran a ser miradas convencidas, con melancolía, con experiencia, con juego, cálidas, que cuesta mirarlas porque entran dentro del alma, son las miradas que nos cuesta más aceptar, pero son las más importantes. En general son mujeres porque son las que bajan más la mirada”.
“Yo no sabía dibujar a gran escala y me dijeron que cogiera el spray. Dicen que es difícil entrar en el mundo del spray, que es un mundo de hombres, pero es mentira: me acogieron y me trataron como a una más. Es uno de los mejores recuerdos que tengo, de años atrás”, rememora Lliy.
Fuente: La vanguardia
Universidad Internacional Uninter