Hombre Araña: Un nuevo universo, sigue las aventuras de un adolescente afrolatino, Miles Morales, que fue mordido por una araña radiactiva en la ciudad de Nueva York y se une a otros hombres araña de dimensiones paralelas.
Es una de las sorpresas de animación de la temporada: un éxito en taquilla y favorita de los críticos (tiene una calificación del 97 por ciento en Rotten Tomatoes) que ha estado ganando premios e incluso se llevó el galardón a la mejor película de la Asociación de Críticos de Cine de Utah.
Uno de los motivos es el estilo fresco de animación que diferencia la película de otros lanzamientos del año. Un nuevo universo celebra sus orígenes impresos con imágenes audaces y elementos gráficos típicos del estilo del cómic, entre ellos los globos con diálogos, las palabras impresas y las líneas onduladas para indicar que el personaje está activando su sentido arácnido. A. O. Scott, en su reseña para The New York Times, escribió que “los personajes se sienten liberados por la animación, y la audiencia se sentirá igual”.
Muchas películas animadas estadounidenses recientes lucen homogeneizadas. Las computadoras más poderosas y el software más sofisticado han hecho posible la creación de fondos y personajes detallados y complejos: los espectadores pueden ver cada hoja de los árboles y cada hilo de un suéter. Sin embargo, los personajes –sin importar su tamaño o su forma– parecen tener maneras muy similares de caminar, correr y expresarse.
Los tres directores de Un nuevo universo —Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman— querían alejarse de esa homogeneidad, en parte debido a que Miles es muy distinto del Spider-Man que los fanáticos conocen de las películas no animadas. “Por eso era doblemente importante que la película se viera nueva, para que los espectadores sintieran que están ante el Hombre Araña por primera vez”, dijo Ramsey. “No podíamos depender de las convenciones de los filmes animados como los hemos conocido”.
Muchas de esas convenciones están integradas a los sistemas que producen imágenes generadas por computadora (CGI). “En las películas CGI, muchas cosas que se ven en pantalla son resultado del deseo de automatizar el proceso: simulación de cabello, tela, viento, lluvia, etcétera”, explicó Persichetti. La decisión de abandonar esa tradición “fue increíblemente inquietante, pero también increíblemente liberadora”.
En un principio, hubo escepticismo por parte del personal en Sony Pictures Imageworks, la unidad de animación y efectos visuales del estudio, comentó Rothman. “Les estábamos pidiendo a todos que rompieran la línea de producción que habían pasado décadas construyendo”, agregó. No obstante, Imageworks terminó “por adaptarse a la propuesta de Bob e ideó soluciones alocadas para crear cosas nuevas”.
Una de las primeras decisiones que tomaron fue eliminar el efecto de movimiento. En las películas no animadas, algunos movimientos son tan rápidos que las imágenes parecen estar repartidas en cuadros individuales de la película. La animación por computadora puede simular ese efecto, con lo que las imágenes obtienen una apariencia más suave; eliminar el difuminado produjo relieves más entrecortados.
“Cuando decidimos deshacernos del efecto de movimiento, la gente en Imageworks dijo: ‘Eso no va a funcionar. No te gustará’”, recordó Persichetti. “Dijimos: ‘No, ese es el objetivo. Haznos infelices. Después idea una nueva manera de hacernos felices’. Estamos creando imágenes increíbles en esta película y queremos verlas de manera tan clara como sea posible, así que no hay que difuminarlas”.
Los artistas tomaron una decisión más grande al romper con el modo en que se logra casi todo el movimiento animado por computadora. Generalmente, los movimientos se crean avanzando la imagen —por ejemplo, un personaje que levanta el brazo— en cada cuadro, veinticuatro veces por segundo. Se llama “animación en unos”. El movimiento resultante es fluido y suave, pero puede lucir demasiado regular, incluso plano.
Después de trabajar en Disney con el animador ganador del Oscar Glen Keane (cuyos personajes incluyen Aladdin, La Bella y la Bestia y Tarzán), Persichetti quería tomar prestadas ideas de las técnicas del dibujo a mano. En la animación tradicional, gran parte del movimiento se realiza “en doses”: un nuevo dibujo se hace o la imagen se cambia cada dos cuadros. Usando la animación en doses les dio a los artistas más control respecto de la velocidad y el poder de los movimientos. La mayoría de la animación en las películas clásicas de Disney y las caricaturas de Warner Bros. se hacía en doses.
Trabajar con unos y doses permitió que los artistas variaran el ritmo de los movimientos. Cuando un Miles asustado corre por un bosque nevado, su recorrido se animó en unos para hacer énfasis en su velocidad. Cuando tropieza y cae, se levanta en doses mientras lentamente se opone a la gravedad para ponerse de pie. Y cuando salta de un rascacielos a otro, la animación despide una energía que no tendría de otra manera. Se vuelve emocionante ver los movimientos en sí.
La animación también permite que los cineastas enfaticen las poses dinámicas que comunican la manera en que Miles está saltando y dando giros por Manhattan. El productor y guionista Phil Lord lo explicó: “Contar historias en arte secuencial se trata de las poses clave y de ir de una pose a otra y de un cuadro a otro. Stan Lee lo detalló en How to Draw Comics the Marvel Way”.
No obstante, incluso los movimientos más emocionantes se vuelven ejercicios vacíos si no contribuyen a nuestro entendimiento de los personajes. Cuando aprende a controlar sus poderes recién adquiridos, Miles se mueve con más habilidad y seguridad. Se adapta al papel del Hombre Araña, pero también está creciendo como individuo. La alegría de su fuerza creciente y sus nuevas amistades se equilibran con el dolor que experimenta en sus aventuras. Sus movimientos y expresiones reflejan una nueva madurez.
Durante la producción, una de sus instrucciones era que “si se ve y se siente como algo de una película animada, no es nuestra película”, dijo Persichetti. “Creo que la audiencia está respondiendo a la película porque es algo que no ha visto antes”.
Uno de los productores, Chris Miller (que dirigió La gran aventura Lego con Lord), explicó que “intentaron evitar cualquier cosa que pareciera salida de la animación típica”.
“Analizamos mucho material de referencia y muchos animadores se observaron en espejos para averiguar cómo un niño como Miles se comportaría en ese momento”, comentó Miller. “¿Cómo podemos hacer que sus movimientos sean específicos de él en vez de elegir una versión estándar?”.
Por si seguir el viaje emocional de Miles no fuera desafío suficiente, los animadores también tuvieron que lidiar con un reparto secundario de hombres y mujeres araña de dimensiones paralelas. “No solo tienen que verse distintos, sino que su estilo de animación también debe serlo”, dijo Ramsey.
Fuente: New York Times
Universidad Internacional Uninter