El Departamento de Letras les envía un saludo cordial e invita a conocer la trágica y hermosa historia entre Orfeo y Eurídice.
Escucha esta historia relatada en el siguiente video:
Dos jóvenes perdidamente enamorados, fueron separados abruptamente por culpa del ángel de la muerte. Negado a dejar ir al amor de su vida, Orfeo viajó al Inframundo con el propósito de devolverla a la vida. Su sentimiento era tan sincero, que el dios del infierno se conmovió, pero de un momento a otro, todo se arruinó. ¿Qué les pasó? ¿Qué hizo Orfeo para recuperarla? ¿Hades se apiadó de ellos? Aquí te contamos todo.
Una unión hecha en el cielo, dos jóvenes enamorados
La belleza y delicadeza de una ninfa del bosque, junto a las mágicas melodías y dulce poesía de Orfeo, fueron la mezcla ideal para que iniciara una historia de amor admirada -y envidiada- por todos. Su amor era tan puro que la unión parecía estar bendecida por Zeus, hasta que de un momento a otro todo se derrumbó. Mientras caminaba al altar, decidida a entregarle su cuerpo y su alma al amor de su vida, una serpiente la mordió y antes de que pudiera reaccionar, se derrumbó en el suelo, sin vida. (Pintura de Rebecca Guay).
El corazón desgarrado de Orfeo, no podía aceptar la verdad
Orfeo, conocido por ser músico y poeta, por su carácter amoroso, dulce y gentil, había perdido su esencia, estaba sumergido en un mundo de lamentos tan profundos que sentía que la vida no tenía sentido. Había perdido lo que más amaba en el mundo, su musa.
Como fiel creyente del poder del amor, sabía que debía rescatarla. Así que decidió emprender un viaje al Inframundo, el terrible reino de los muertos, del cual ningún vivo había regresado. Ninguno de los mitos lo asustaba, estaba decidido a luchar por su amor y a pedir lo que más deseaba en el mundo: más tiempo con su amada.
La melodía de su corazón le abrió las puertas del infierno
Orfeo no tenía grandes músculos, ni dotes de guerra, su único talento era la música y el amor como herramienta.
El primer paso para entrar al Inframundo, era vencer a Cerbero, una de las bestias más temidas del mundo. Cuando le tocó enfrentar al monstruoso perro de 3 cabezas, comenzó a tocar su lira y sorprendentemente, el perro se durmió.
Después debía pagarle a Caronte, un óbolo que sacaba de la boca de los muertos, pero Orfeo no tenía absolutamente nada, por lo que decidió crear una melodía y resultó ser tan hermosa que lo conmovió y decidió llevarlo gratis.
Cuando llegó al recinto de los reyes del Inframundo, Perséfone y Hades lo miraban atentamente… Sorprendidos por la audacia que tenía un vivo de desafiarlos, se dedicaron a observar su actuación. Orfeo, sacó nuevamente su lira pero esta vez le agregó lo más poderoso que tenía, su voz convertida en poesía.
Comenzó a cantar su historia, a expresar su amor por Eurídice, la mezcla entre su voz y la melodía era tan sorpredente que el infierno entero se paralizó para escuchar. Orfeo entregó su alma en la presentación y funcionó, Perséfone y Hades, conmovidos por la pureza de sus sentimientos, decidieron ayudarlo pero con una condición.
“Sin importar lo que suceda, no mires atrás”
Las instrucciones eran simples, el dios del Inframundo le había dado su palabra. Su amada podía partir con él al mundo de los vivos y tendrían una segunda oportunidad, caminaría detrás de él todo el recorrido, pero si Orfeo miraba hacia atras para comprobar si su amor lo seguía, Eurídice se quedaría para siempre e irrevocablemente en el inframundo.
Sorprendido de que había logrado su cometido, sentía cómo su corazón latía fuertemente. ¿Debía creer en Hades? ¿Y si lo estaba engañando? Millones de preguntas rondaban su cabeza. Mientras más se acercaba a la salida, más incrementaba su curiosidad, hasta que completamente dominado por sus impulsos, decidió voltear.
La vio, junto a él, angelical y hermosa como la recordaba y justo antes de acercarse a abrazarla, cayó por un vacío y Orfeo fue desterrado de la tierra de los muertos, por no creer en Hades. Había perdido a su amor por sucumbir ante la curiosidad.
Un corazón roto que aprendió a sanar a los demás
La escena se repetía incansablemente en su cabeza, la depresión se apoderó de su ser. Se había transformado completamente, había entregado su alma a la melancolía. Su nueva visión sobre la vida lo hizo entender muchas cosas, siempre había vivido entregado plenamente al amor y cantándole a la ilusión, ahora su corazón roto lo hacía consciente de la otra cara de la moneda, y para distraerse de su dolor, se dedicó a escribir los poemas más tristes y dolorosos en busca de consolar a corazones que -como él- estuvieran pasando por un momento rudo.
La muerte llegó pero esta vez, fue bien recibida
Sumergido en su dolor había jurado jamás volver a amar a otra mujer. Su belleza física, su talento musical y su magia con la poesía, lo hacían irresistible. Muchas mujeres deseaban unirse a él pero estaba completamente fuera de su alcance. Hasta que un día, el resentimiento pudo más que la lógica y pasó algo terrible.
Su muerte fue lenta y dolorosa, finalmente el dolor físico se asemejaba a su dolor emocional.
Un grupo de mujeres ardidas por su constante rechazo, decidió matarlo. La muerte no era algo nuevo para él, ya había visitado el Inframundo y sabía que algo mágico pasaría, por fin se encontraría con su amor nuevamente. Y fue así como juntos vivieron haciendo música y poesía en el Inframundo.
La historia transformada en música, por Monteverdi
La sinfonía “Orfeo” es la más famosa del músico italiano, y narra la historia completa de los dos jóvenes enamorados. (Representación de Jordi Savall y La Capella Reial de Catalunya en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, 2002).
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Muchas gracias por tu post. Saludos.