IMPORTANCIA DEL ARTE EN LA COMUNICACIÓN

El comunicador necesita desarrollar el pensamiento creativo a fin de buscar, más allá de las pautas establecidas, mecanismos con los que se pueda resolver la formulación de estrategias comunicacionales.

El siguiente artículo es una colaboración de María Elena Mamani, docente de la Facultad de Comunicaciones de una universidad privada; en el cual nos expone la estrecha relación que debe tener o debería tener el arte con la comunicación mediante la implementación del pensamiento creativo para la conceptualización y creación de estrategias de comunicación, sobre todo en una sociedad cada vez más inmersa en la tecnología que demanda más competencia y mejores propuestas para relacionarse.

¿Cuál es la relación que une al Macondo de Gabo, los girasoles de Van Gogh, las melodías de Offenbach, las construcciones de Zaha Hadid o las esculturas de Boccioni con la comunicación?

Podría calificarse de muy forzado tal cuestionamiento y sin embargo es la recurrente interrogante que tienen los estudiantes de Comunicaciones cuando se enfrentan al análisis y estudio del arte y de sus personajes cuya obra solo nos recuerda que alguna vez existieron, o cuyas azarosas vidas nos sirven de motivo para no morir en el intento de crear nuevas producciones comunicacionales a partir de esos legados.

La relación existente entre el arte y la comunicación se muestra más allá del concepto de aplicar la fórmula de Roman Jakobson, de Paul Watzlawick o de cualquier otro especialista. Entre el arte y la comunicación se forma un binomio de poder sólido e indescriptible.

El comunicador necesita desarrollar el pensamiento creativo a fin de buscar, más allá de las pautas establecidas, mecanismos con los que se pueda resolver la formulación de estrategias comunicacionales. Edward de Bono en su libro El pensamiento creativo señala que esta acción es una habilidad que conlleva a pensar de manera diferente en la resolución de cualquier situación.

Utilizar el pensamiento creativo en la comunicación no solo implica recurrir a estrategias diferentes, sino que contengan, además, un valor. Analizar las diferentes creaciones artísticas proporcionará invaluable información al comunicador porque recurrirá a ellas en el momento en que necesite proponer nuevas alternativas.

Haciendo mención al pueblo de la novela de García Márquez, Macondo, el comunicador obtiene de la literatura los recursos más idóneos para formular textos creativos con los que logre introducir cualquier producto o servicio en el mercado actual.

Si los girasoles representaban la flor predilecta para el artista Van Gogh, el comunicador podría tomar de este detalle las formas, colores, texturas o el mismo concepto dentro de sus próximas creaciones y entonces se cumpliría uno de los preceptos de Watzlawick: el ser humano nunca deja de comunicarse.

Está comprobado que el sonido es pieza fundamental dentro de algún discurso narrativo. Las melodías de Offenbach podrían ser buenas compañeras de historias inéditas con el afán de generar un mayor impacto en su público objetivo.

Las inimaginables formas de las construcciones modernas no solo motivan a los arquitectos, sino también a los comunicadores. Los escenarios de sus creaciones audiovisuales concentran imágenes similares que al llegar al ojo humano reproducen sensaciones inverosímiles y cuando ello ocurre es porque el objetivo se ha logrado. Y lo mismo sucede con las sinuosas figuras de las esculturas de Boccioni que contribuyen a la imaginación del profesional para el constructo de nuevas formas, recursos, estrategias vinculadas a la comunicación.

Recordemos que las artes, en general, son las formas de expresión del hombre y estudiarlas implica reconocer las características de las sociedades expuestas a diferentes estímulos como un conflicto bélico, la llegada de la tecnología, el inicio del nuevo siglo, entre otros. Pero lo trascendente es comparar a ese grupo humano con el actual, analizar similitudes y diferencias que nos indiquen situaciones a resolver desde nuestra especialidad.

Cómo comprender que la mayoría de afiches publicitarios de hoy en día recurren a estilos como el Dadaísmo o Surrealismo, si no se conocen algo de estas artes surgidas como una manera de protesta ante los estímulos negativos de las guerras mundiales, por ejemplo.

Cómo poder entender que un personaje mediático parodie temas musicales de conocidos artistas y haga uso de videoclips cargados de un estilo ecléctico que a pocos les llama la atención, pero sí su forma absurda de vocalizar un idioma que ni se preocupan en aprender.

En definitiva, el contenido del arte es un combustible de alta pureza para que el comunicador se acerque a la praxis de estrategias diferentes en las que ejercite el pensamiento lateral que le mostrará alternativas inusuales para mostrar nuevas propuestas de acercamiento al público.

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