La realidad virtual son las nuevas aplicaciones aumentadas y mixtas que cambiarán la comunicación humana. Si quieres entender las principales diferencias de un vistazo, te recomendamos que vayas pinchando en la lupa que tienes en el lateral.
Aunque en películas como “El cortador de césped” se apostara por un enfoque distópico y futurista, la realidad virtual, aumentada y mixta ha ido ganando terreno en áreas completamente funcionales como la formación o la cirugía. Y, de esas tres modalidades, probablemente la más prometedora es la realidad mixta, con aplicaciones en la construcción o, más recientemente, las videoconferencias. El trabajo de Microsoft en esa última área podría hacer realidad escenas más propias de Start Trek en el campo de la comunicación corporativa.
Si quieres entender las principales diferencias de un vistazo, te recomendamos que vayas pinchando en la lupa que tienes en el lateral.
¿Cuáles son las diferencias entre aumentada y mixta?
Antes de explicar el nuevo proyecto de Microsoft y el potencial de la realidad mixta, conviene aclarar las diferencias de cada una de estas tecnologías.
Los cascos de realidad virtual ofrecen una inmersión absoluta sin introducir elementos del entorno del usuario. Puede tratarse de gráficos generados por ordenador o imágenes reales. Los dispositivos VR, tales como Oculus, Vive o Index, detectan el movimiento del usuario, normalmente la cabeza y las manos, para traducirlos al entorno virtual. Aunque el foco principal ha estado puesto en los videojuegos, poco a poco se han ido abriendo paso otras aplicaciones, especialmente en el terreno de la formación. Por ejemplo, los pilotos de aviones o incluso los técnicos de plantas de depuradoras de aguas, con proyectos como los de la planta de La Almunia en Zaragoza, están recurriendo a cascos de realidad virtual para formarse en entornos controlados.
REALIDAD AUMENTADA
En el caso de la realidad aumentada, se pueden emplear dispositivos de distinto tipo, desde unas gafas a un teléfono inteligente. Lo importante en este caso es que se trata simplemente de una superposición de una capa de datos y gráficos en los que no existe interactividad. El ejemplo más claro es el de las difuntas Google Glass.
El origen del término “realidad aumentada” data de 1990, cuando un ingeniero de Boeing pensó en una hipotética tecnología. Que ayudase a los operarios en su trabajo. Pero la tecnología en sí es mucho más antigua: las primeras gafas de AR se desarrollaron en 1968 y existen experimentos en los años ochenta que exploran su potencial como este vídeo.
Aplicaciones de la realidad aumentada: cirugía, arquitectura, sistemas de navegación, fabricación
Fuente: I’MNOVATION
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Aurora Cruz