Este 2017 se cumplen 10 años del nacimiento de la franquicia más importante para Ubisoft, Assassin’s Creed, que a su vez nos llevará a los verdaderos orígenes de la saga en Origins, específicamente en el Antiguo Egipto.
Dos años después del lanzamiento del último ‘Assassin’s Creed’, Ubisoft vuelve a retomar la saga para intentar demostrar que, con algo más de tiempo entre desarrollos, puede afrontar todos los problemas que los usuarios habían trasladado durante los últimos años.
La historia de Bayek, el primer asesino, tiene casi todo lo que podría pedirle a un juego de la saga. Tiene un escenario enorme y muy variado, cientos de cosas por hacer y otro buen saco de secretos por descubrir. Una vez dominado, su combate es tremendamente satisfactorio, el mimo que hay puesto detrás de cada estancia escondida, cada tumba repleta de tesoros y detalles históricos o comentarios sobre la Hermandad de Asesinos, ya sea en un templo inundado o en el interior de una laberíntica pirámide, es un canto a la exploración y el descubrimiento que resulta fascinante.
Pese a sus más (Black Flag) y sus menos (Unity), es innegable que Assassin’s Creed: Origins posee virtudes de sobra para mantener a un jugador pegado a la pantalla más de cincuenta horas. La influencia y el buen hacer del director Ashraf Ismail se notan en un buen número de apartados, como la navegación, que sin tener tanto protagonismo sigue estando presente, o en el hecho de que se pueda bucear en cualquier río o mar en busca de tesoros.
Licenciatura en Diseño y Animación Digital
Ingeniería en Sistemas Computacionales