“El Cascanueces” es una de las puestas en escena más representativas que se interpretan en todo el mundo durante las fiestas decembrinas. La magia que envuelve a la historia que transcurre en una Nochebuena, la han convertido en un clásico navideño. Pero mucho antes de que se transformara en un tradicional ballet con partitura de Chaikovski, su origen se remonta a inicios del siglo XIX como una emblemática obra literaria.
El origen de “El Cascanueces y el rey de los ratones”
La historia fue creada por el escritor prusiano Ernst Theodor Amadeus Hoffmann — su nombre real era Ernst Theodor Wilhelm, pero lo cambió por Amadeus debido a que era un gran admirador de Wolfgang Amadeus Mozart— en 1816 y publicada como un cuento bajo el título de “El cascanueces y el rey de los ratones”.
El cuento de Hoffmann mezcla el mundo de la fantasía y lo real con un toque grotesco. En la historia de la vida real aparece la niña Marie, quien en Nochebuena recibe de parte de su padrino Drosselmeier, un magistrado hábil para elaborar juguetes, un Cascanueces.
Tras la celebración de la noche, Marie se va a dormir, pero en medio de la noche va al cuarto de juguetes y se encuentra con que todos han cobrado vida, entre ellos el Cascanueces; y se encuentran en una batalla con el rey ratón, un personaje terrorífico de siete cabezas. Marie toma partido en la pelea y se une a los juguetes comandados por el Cascanueces.
En la lucha Marie rompe una vitrina y queda herida, entonces Marie es llevada a la cama y ahí su padrino Drosselmeier le cuenta la historia de un príncipe encantado convertido en el Cascanueces y la princesa Pirlipat.
Marie vuelve con los juguetes y cuando el rey ratón es derrotado, el Cascanueces le pide reinar juntos el mundo de los dulces en el Palacio de Mazapán.
Drosselmeier se puede interpretar como el alter ego de Hoffmann, ya que además de ser escritor fue jurista y también compositor y pintor, sin embargo, su obra literaria fue una de las más influyentes en el romanticismo alemán por sus historias terroríficas y de fantasía, las cuales sirvieron de inspiración para otros escritores como Edgar Allan Poe, Víctor Hugo y fue alabado por Lovecraft.
“(Sus) famosos relatos y novelas […] son el prototipo de la riqueza de fondo y la madurez de forma”, dijo el creador del aterrador personaje Cthulhu.
¿Por qué un cascanueces?
En Alemania el cascanueces es una figura representativa de la Navidad porque en ese país es considerado de la buena suerte y traedor de prosperidad a los hogares.
Hoffmann se aprovechó de la asociación positiva que tiene el público con el personaje para crear el suyo en el que una de sus cualidades más destacadas fuera la valentía.
El cuento de Hoffmann reinventado por Alejandro Dumas
El escritor francés Alejandro Dumas hizo una adaptación del cuento de Hoffman. Respetó la esencia de la historia original, pero le añadió elementos característicos de la obra de Dumas y transformó situaciones y personajes del texto de Hoffman, incluso cambió el hombre de la obra, la cual tituló “Historia de un cascanueces”.
Esta nueva versión del cuento fue la que se retomó para realizar el clásico ballet que encanta al público en esta época decembrina.
El cascanueces inmortalizado en el ballet con Chaikovski
En 1891 el director de los Teatros Imperiales de San Petesburgo, Ivan Alexandrovitch Vsevolozhsky y el coreógrafo Marius Petipa crearon el proyecto para llevar a El Cascanueces en una puesta en escena de ballet, en la que invitaron al compositor Chaikovski.
Para ellos representó un gran reto, porque el cuento representaba una complejidad al contar la historia de dos mundos: el del real y el de la fantasía. Así que optaron porque la narrativa se centrara en el primer mundo.
De acuerdo con el suplemento cultural “Laberinto” señala: “dejaron el segundo espacio escénico como meramente ornamental, sin trama… desaparece la historia de Pirlipat… y el padrino Drosselmeier se reduce al papel del narrador”.
Referencias:
- “El Cascanueces: el origen del clásico navideño” en “La Razón”
Únete a nuestra comunidad UNINTER y síguenos en las redes sociales: