Nuevos enfoques de las noticias: más diversidad, menos crispación

Según investigaciones en el Instituto Reuters revelan consistentemente que las audiencias se muestran a menudo abrumadas por la cantidad de información y mucha gente dice que evita consumir noticias regularmente porque le resultan demasiado deprimentes. Estas tendencias se han visto agravadas el último año por la naturaleza implacablemente negativa de la información sobre el COVID-19 y el cambio climático.

Derivado de lo anterior, en el siguiente artículo se muestran las posibles predicciones y cómo se vislumbra el periodismo para los años venideros.

La pandemia ha obligado a muchas redacciones a reevaluar su enfoque editorial. El trabajo a distancia desmorona jerarquías y una nueva ola de editores viene adoptando una agenda más positiva y diversa. En 2021, varios de los puestos más preciados en los medios estadounidenses fueron ocupados por mujeres, muchas de ellas negras, en parte como respuesta a las reflexiones sobre género y raza surgidas en años recientes. 

¿Qué podemos esperar este año?

Los avances sobre diversidad llegan más allá de Estados Unidos: la falta de diversidad y de igualdad en el periodismo está bien documentada y no se resolverá este año, pero cada vez más medios reconocen abiertamente el daño causado en términos de confianza y atención de las audiencias. Al anunciar el nombramiento de la primera mujer a cargo del Washington Post, Sally Buzbee, el directivo Fred Ryan dejó claro que habían buscado una líder que diera “prioridad a la diversidad y la inclusión en nuestra cobertura informativa, así como en nuestras contrataciones y ascensos”.

Un informe reciente del Instituto Reuters puso de manifiesto que los avances siguen distribuidos de forma desigual. En 12 mercados estratégicos, menos de una cuarta parte (22%) de los puestos jerárquicos está en manos de mujeres, pero la cifra oscila entre el 60% de Sudáfrica y el 0% de Japón. A pesar de ello, nuestra reciente encuesta sobre las redacciones cambiantes reveló que la mayoría de los ejecutivos creen que hacen un buen trabajo en cuanto a la diversidad de género, aunque les queda trabajo por hacer en los demás aspectos. La diversidad étnica se mantiene como la principal prioridad (35%) este año en los medios. Fuera de Estados Unidos, podemos esperar más énfasis en la contratación de periodistas que pertenecen a minorías y en cómo se retrata a esos grupos en las coberturas. También es posible que una mayor diversidad se convierta en imperativo comercial, ya que los lectores más jóvenes, en particular, prestan mucha atención a los contenidos que hablan o sirven a sus identidades.

Formatos constructivos: un conjunto más diverso de líderes también cuestiona los supuestos tradicionales sobre cómo cubrir las noticias. Muchos buscan alternativas a los programas de entrevistas polémicas y a los columnistas que polarizan. Editores de la TV nacional sueca tienen la obligación de incluir una nota constructiva por día en sus programas centrales de la noche, y los equipos locales tienen objetivos relacionados con las coberturas en profundidad. Los estudios indican que estos formatos orientados a la búsqueda de soluciones atraen más a las audiencias jóvenes y la gente se siente mejor informada y más empoderada luego de ver o leer historias constructivas. Por su parte, el Constructive Journalism Institute de Dinamarca, en colaboración con un canal de TV local, ha sido pionero en formatos como “Solved or Squeezed” (Solución o presión), en el que políticos de diferentes partidos deben encontrar la forma de resolver un problema concreto a medida que su espacio físico se va contrayendo durante unos 20 minutos. Como hubo opiniones positivas de los políticos y el público, tienen previsto repetir el formato este año.

TV2 Fyn: ‘Solved or Squeezed’ – apretujan a los políticos hasta que se ponen de acuerdo

TV

Una cadena de televisión ha experimentado poniendo políticos entre el público para que escuchen opiniones de la gente. Y en una línea similar, el Guardian ha presentado un formato en el que personas que tienen diferentes perspectivas se juntan a comer y tratan de hallar puntos en común.

Los formatos explicativos se convierten en un éxito viral: la creciente complejidad de temas como la pandemia ha provocado un renovado interés por los formatos online explicativos, usualmente ricos en datos. La BBC ha incentivado al presentador Ros Atkins a seguir desarrollando un estilo de análisis de acontecimientos complejos, resumidos en monólogos de cinco a diez minutos dirigidos a las audiencias digitales. Se trata de productos llenos de datos, bellamente producidos, y se presentan de forma impávida e imparcial. Los recientes videos sobre la fiesta navideña del primer ministro Boris Johnson generaron en pocos días 11 millones de visitas, una audiencia mucho mayor de la que se podría conseguir solamente con la televisión.

‘Imparcialidad asertiva’, un éxito viral para la BBCRos Atkins

GB News, con un énfasis en la opinión, no termina de lograr audienciaNigel Farage

Sin embargo, en 2022 estos formatos basados en lo fáctico enfrentarán más desafíos por parte de las tendenciosas opiniones en caliente, que también buscan la atención de las redes sociales. GB News sufrió un lanzamiento desastroso y un tórrido primer año (incluso con ratings oficiales de cero espectadores), pero a menudo presumió de su impacto en las redes sociales. Talk TV, de Rupert Murdoch, aguarda entre bastidores y probablemente lleve al límite las normas de imparcialidad en el Reino Unido. Mientras tanto, en Estados Unidos se vienen las elecciones de mitad de mandato y asoma la nueva red social de Donald Trump, con lo cual la batalla de los hechos contra las opiniones seguirá desarrollándose de forma imprevisible.

Periodistas, acoso y el papel de las redes sociales

El Premio Nobel de la Paz otorgado a dos valientes periodistas, la filipina Maria Ressa y el ruso Dmitry Muratov, ha puesto de manifiesto el hostigamiento político y físico al que se enfrentan los reporteros en todo el mundo. Gran parte de este fenómeno se debe a la polarización política, pero en algunos países se agrava por el modo en que las redes sociales se han convertido en armas. Un informe reciente del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ, en inglés) documentó el alcance del acoso que padecen Maria Ressa y sus colegas en Filipinas, mientras que una encuesta de 900 reporteras halló que casi tres cuartas partes habían experimentado abusos online. 

En otras partes, manifestantes antivacunas también han dirigido su ira contra los periodistas. En Holanda, varios reporteros fueron atacados físicamente, en un contexto de creciente hostilidad hacia la prensa. Marcel Gelauff, jefe de noticias de la cadena pública NOS, afirma que sus periodistas se enfrentan a “la polarización de la sociedad, las agresiones, el acoso y las permanentes acusaciones de información falsa”. En el Reino Unido, el periodista de la BBC Nicholas Watt fue hostigado en las calles de Londres por un grupo de manifestantes contra los confinamientos, y las imágenes se mostraron en directo en YouTube. En Los Ángeles, las protestas por los derechos de las personas transexuales y la oposición a las mascarillas y a las vacunas provocaron al menos siete agresiones a periodistas durante el verano boreal.

¿Qué podemos esperar este año?

Los directivos redoblan su apoyo: este año veremos jefes ofreciendo más contención a sus reporteros, incluyendo mejor capacitación y protección para los equipos de televisión. Reach, el mayor editor regional del Reino Unido, decidió nombrar por primera vez a una persona encargada de seguridad online, para hacer frente a los “abusos y acosos endémicos contra sus periodistas”, y podemos esperar que otros hagan lo mismo. En un ámbito más amplio, la Unión Europea dice que en 2022 presentará una norma pensada para salvaguardar la independencia de los medios, tras una serie de recientes asesinatos de periodistas que investigaban la captura o supresión de organizaciones informativas independientes en Estados miembros como Hungría y Polonia.

Nuevas reglas para las redes sociales: los debates polarizados en las redes sociales también motivan replanteos en torno a cómo los periodistas deben participar en plataformas como Facebook y Twitter. Debido a la preocupación por el daño a la reputación, muchos medios han endurecido sus normas. Las nuevas reglas de la BBC, por ejemplo, incluyen la prohibición del “alardeo moral” y advierten que añadir emojis en los mensajes puede contar como opinión personal. Otros medios animan a sus periodistas a que eviten verse envueltos en largas discusiones en Twitter. 

Según nuestra encuesta, la mayoría de los directivos (57%) consideran que los periodistas deben limitarse a informar cuando utilizan redes sociales como Twitter y Facebook, pero casi cuatro de cada diez (38%) creen que deberían expresar sus opiniones abiertamente. Hasta cierto punto, estos datos reflejan las diferentes tradiciones del periodismo: a las emisoras públicas les preocupa que la naturaleza informal de las redes sociales erosione la confianza, mientras que las publicaciones con un “punto de vista” alientan a expresarse libremente.

La presencia de los reporteros en las redes sociales es cada vez más difícil de manejar. Por un lado, los medios se benefician con las fuertes marcas personales que tienen sus periodistas; por otro, exigen que el personal sea neutral u objetivo, especialmente en temas políticos y controvertidos. Este equilibrio resulta muy complicado de conseguir en entornos política y culturalmente intensos como son las redes sociales.

Fuente: https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/

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