Estado: Seguro que más de una vez te has encontrado en la situación de recurrir a ciertos alimentos, en general, superfluos para calmar una emoción y buscar un estado de placer.
Te pongo un ejemplo. Un día, llegas del trabajo a casa con mucho estrés y cansancio, abres la despensa y, ¡oh, hay galletas! Te las comes rápido sin apenas masticar ni saborear, consiguiendo una sensación de satisfacción y calma. No obstante, al cabo de un rato llega una sensación de culpa y malestar emocional. En consecuencia, nos lleva a una conducta de restricción o bien, nos impulsa a conseguir otra dosis de azúcar o harina refinada para volver a tener esa sensación.
Relación entre alimentación y estado de ánimo
La alimentación y sensación de placer o felicidad cuando comemos va ligada a varios factores. En primer lugar, estaría el sabor, el cual es algo subjetivo. Los alimentos que nos resulten más apetecibles nos darán una mayor sensación de felicidad. En este aspecto es importante jugar con técnicas culinarias mezclando texturas y sabores para conseguir un mejor resultado con los alimentos saludables.
En segundo lugar, estaría el aspecto hormonal. Hay dos famosas “hormonas de la felicidad” llamadas serotonina y dopamina que pueden verse aumentadas a través de la alimentación. En consecuencia, nos generan una sensación de bienestar emocional.
Los alimentos sanos contienen nutrientes como vitaminas, minerales, antioxidantes, proteínas, grasas saludables, carbohidratos de bajo índice glucémico (se absorbe despacio la glucosa que contienen) que nos ayudan a mantener un estado óptimo de nuestras funciones vitales favoreciendo nuestro bienestar físico y emocional. Esto de manera general.
Alimentos que aportan energía y positivismo
Si estás interesado en mejorar tu día, es recomendable que consumas alimentos altos en triptófano, que es una sustancia que facilita el aumento de serotonina.
- Huevos
- Lácteos
- Cereales
- Semillas de girasol
- Verduras
- Legumbres, como alubias o garbanzos
- Pescado azul, como el salmón o el bonito
- Carne roja
- Chocolate negro
- Fresas, melocotones y nísperos
Alimentos negativos para el estado de ánimo
Igual que existen alimentos que contribuyen a un buen estado anímico, hay otros que pueden causar el efecto contrario en el cerebro, provocándonos negatividad y mal humor, por lo que es mejor evitarlos o reducir al máximo su consumo.
- Azúcar refinado. El exceso puede afectar a los niveles del azúcar en la sangre cambiando incluso nuestro humor. A su vez, en el organismo se ocasionan numerosos cambios químicos que pueden producir una inflamación crónica y, con el tiempo, alterar el sistema inmunológico. Y esto, en definitiva, se relaciona con una mayor posibilidad de sufrir depresión.
- Grasas transgénicas. Aquí están los alimentos procesados, la comida basura, la bollería industrial, las patatas chips… Su consumo se asocia a problemas de depresión en los que la hormona de la serotonina es insuficiente.
Hambre físico
El hambre físico nace en el estómago. Es decir, cuando después de unas horas el organismo necesita reponer nutrientes y envía una señal de hambre a través de una hormona llamada ghrelina. Cuando estamos saciados, participa otra hormona llamada leptina que nos envía otra señal que nos indica que debemos dejar de comer.
Este tipo de hambre no aparece espontáneamente. Es de carácter gradual y se satisface con cualquier alimento, sano o no, porque se trata de rellenar ese vacío que teníamos.
Hambre emocional
El hambre emocional nace a nivel cerebral, cuando buscamos placer en la comida para calmar una emoción (tristeza, aburrimiento, enfado, entre otras). Es de carácter urgente, en consecuencia, busca alimentos apetecibles que provocan sensación de bienestar. Siguiendo esta línea, se produce después una sensación de culpa. Es decir, de malestar emocional que, en consecuencia, nos lleva a la restricción.
Esta parte es muy importante, debido a que, si la persona aprende a identificar cuándo tiene hambre emocional y cuándo física, puede poner soluciones más concretas. Por consiguiente, obtendrá mejores resultados a nivel de bienestar físico y mental.
El confinamiento y su impacto en nuestro estado de ánimo y alimentación
Ahora mismo, en este confinamiento, estamos viviendo muchos cambios emocionales. Tan pronto un día nos levantamos con una sensación de optimismo con un pensamiento de “yo puedo con todo” como otro día con un pensamiento completamente opuesto en el que deseamos “que esto acabe ya”. Ahí es cuando recurrimos a la comida.
Por esto, las ventas de alimentos en los supermercados han ido fluctuando a lo largo de las semanas haciendo que los productos que más compremos sean: snacks salados, bebidas alcohólicas, ingredientes de repostería, chocolate, entre otros.
Aprender a controlar aquellos momentos de ansiedad, normales en esta circunstancia, y dar una respuesta con otras estrategias o actividades puede ser de utilidad.
Deporte y alimentación saludable para una mente sana
Además de llevar una buena nutrición, es importante realizar actividad física frecuentemente. Los niveles de las endorfinas también aumentan con el ejercicio, por eso es recomendable combinar una dieta sana y mantenernos activos al mismo tiempo.
Se ha observado que las personas que realizan ejercicio de manera regular tienen una salud mental mucho más idónea que aquellas con un estilo de vida sedentario. A estas recomendaciones hay que añadir que es aconsejable evitar en nuestra dieta las bebidas alcohólicas y el tabaco.
Por último, es importante considerar que cuando hablamos de alimentación, se trata de equilibrar y no prohibir. Tomar conciencia de la importancia de comer saludable en un alto porcentaje del tiempo es fundamental. Sin embargo, también es importante darnos cuenta de que podemos incluir esos alimentos superfluos en determinados contextos y que esto no supondrá un impacto negativo en nuestra salud.