Pasos para convertirte en un administrados efectivo que logra manejar bien su estrés.
Administradores que son excelentes para trabajar en algunos momentos, pero que les resulta difícil retener a buenos empleados.
Aprender a “responder, no a reaccionar” puede ser una táctica administrativa constructiva.
“Es como si hubiera dos Tom” un amigo me dijo recientemente cuando describe un problema administrativo con el que estaba lidiando recientemente, “Uno es un tipo fantástico con el cual trabajar -considerado, atento, buena onda y razonable-. El otro es como otra persona: acosador, impulsivo, impaciente y casi loco, imposible de satisfacer. El problema es que nunca sé cuál de los dos Tom se va a aparecer.
“Ya no puedo trabajar más con él” ella concluyó. “Una parte de mi le cae bien y lo respeta, y sé que he aprendido muchísimo con él, es muy inteligente. Pero él me está volviendo loca. Estoy ansiosa constantemente, preocupada por con quién estaré trabajando cualquier día”.
Conducta de Jekyll y Hyde
Si yo fuera Recursos Humanos y estuviera contratando ejecutivos para puestos directivos, uno de los atributos más críticos en los que me enfocaría, es en cómo el candidato maneja situaciones de estrés. Después de muchas décadas en administración y asesoría, he concluido que muy seguido, como se describe en la historia antes mencionada, la impredecible conducta administrativa de Jekyll y Hyde, no es tanto un producto de un rasgo de personalidad arraigado, sino más una inhabilidad para manejar el estrés de forma constructiva.
Existen puestos administrativos que trabajan con mucho estrés, al tener entregas limitadas, el evitar que sucedan problemas personales y una constante presión a hacer más con menos, todo esto amplificado por sustanciales cantidades de dinero que están en peligro ante un desempeño pobre. El estrés es un diferenciador. Aquellos que lo manejan bien, generan lealtad y pudieran ser altamente efectivos en un rol de administrador. Aquellos que no pueden, suelen “quemar” a sus empleados, como si fuera un incendio descontrolado.
Es solo nuestra naturaleza: A la gente le gusta las relaciones consistentes, ya sea con un amigo, esposo o administrador. La gente quiere saber con quién estará pasando el tiempo cuando ellos atraviesen la puerta de la oficina, o entren a la reunión de Zoom. Ellos no quieren vivir en la duda. La incertidumbre alimenta nuestra ansiedad, la cual da pie al descontento, el cual nos lleva a buscar reemplazos. Mientras que es fantástico pasar una parte del tiempo agradable y tranquilamente, el decoro anterior es rápidamente olvidado en cuanto el Dr. Jekyll termina de trabajar y entra el Sr. Hyde para lo que resta del día.
Responde, no reacciones.
Entonces, ¿qué es lo que un administrador puede hacer en cuanto se entera de que tienen problemas con el estrés? Mientras que manejar el estrés con ecuanimidad es más fácil decirlo que hacerlo, por supuesto, existen pasos prácticos que uno puede realizar para domar a la bestia (o al menos mantenerla atada a un lazo más ajustado).
Soy un gran creyente del mindfulness (estado de atención abierta y activa al presente), como una herramienta muy útil en la administración, sobre todo para estos retos. Me gusta la idea de “responder, no reaccionar”. En mi experiencia, he encontrado que esto es una simple y excelente expresión para atacar al estrés, que los administradores pueden hacer bien. Haz tu mejor esfuerzo para responder, no para reaccionar. Es una táctica eficiente, como opuesto a una reacción agitada y reflexiva, que para casos como el descrito antes, es el camino de menor resistencia que podemos tomar.
Como se nota, la administración contiene muchos estresores legítimos. Así que la agitación furiosa es fácil de tener. Tomar el tiempo para contar hasta 10 (o practicar cualquier táctica dilatoria que se sienta natural), puede crear el espacio emocional que podría permitir que uno logre responder de forma apropiada y considerada, en lugar de una respuesta improvisada intensa.
Como el ejemplo de arriba lo describe, el actuar como dos personas diferentes es invariablemente una receta muy débil para lograr el éxito administrativo a largo plazo. Consistencia, no imprevisibilidad, construye lealtad. Era una apuesta segura la que Tom hacía al reaccionar más que responder, y como resultado, él estará haciendo muy pronto una contratación muy costosa y laboriosa. El aprender a cultivar una respuesta mesurada cuando estamos viviendo estrés, es un activo muy valioso en nuestras carreras.
Victor Lipman.
How Stress Affects Managerial Style at Work | Psychology Today