Como madre de tres niños que están creciendo, yo recuerdo muy claramente el pánico que sentí cuando se acercaban las vacaciones anuales de seis semanas de verano. Acechaban semanas de caos potencial conforme las rutinas diarias se ven alteradas. Mi conocimiento en psicología solo hacia aumentar el estrés. La investigación señalaba constantemente la importancia de que se generen rutinas regulares y estables, para que apoyen en el incremento de seguridad en los niños. ¿Cómo sería la rutina infantil en pandemia?.
Ante esto, mis simpatías se dirigieron inmediatamente hacia todos los papás que se quedaron en sus casas de forma indefinida con sus hijos durante el encierro del COVID-19. Los descubrimientos hechos por las investigaciones conductuales y académicas más recientes, insisten en señalar los vínculos entre el caos que se vive en casa. Ejemplo de ello lo sería el ruido de fondo o la falta de rutina-, y expresiones adversas hacia los niños.
¿Pero puede haber allí algo a lo que se le pueda llamar rutina? ¿Y podría interferir con la creación del sentido de independencia y creatividad?
Muchos padres (y ahí me incluyo), y especialmente aquellos de más recursos económicos y de clase media, adoptan en muchas ocasiones sin saberlo, un estilo de paternidad “hiper” o “helicóptero”. Esto involucra el planear la mayor parte de la vida de sus hijos a detalle, a través de clases estructuradas y actividades.
Esto se ha convertido en realidad en una norma dentro de las diversas redes sociales, y se refuerza por el sector comercial. Ciertamente, muchos niños ahora esperan que su tiempo libre esté conformado por la organización de actividades –artísticas, educativas, sociales y físicas-, que les enriquezcan. Esto hace que los padres continúen con su interés de proveer y apoyar dichas actividades, es decir, de saturar más la rutina infantil.
Rutina infantil
Desde la perspectiva de la psicología cognitiva, las rutinas que sean extremadamente rígidas y un control parental pesado, no siempre es benéfico para el desarrollo de los niños. Eso se debe a que una parte fundamental del crecimiento es el aprender a cómo abrirse a nuevos retos, a ir más allá de las rutinas predeterminadas.
Nosotros sabemos que las funciones ejecutivas, el mecanismo de control cognitivo que apoya a un buen número de procesos de alto nivel, incluyendo planeación, multitarea y la toma de decisiones, están vinculadas a la toma de las decisiones más importantes en la vida. Los estudios han demostrado que mientras más tiempo pasan los niños en actividades menos estructuradas, como lo es jugar ellos solos, mejor desempeño tienen en las funciones ejecutivas auto-dirigidas. Lo opuesto aplica para las actividades sobre estructuradas, como lo es que realicen actividades deportivas autorreguladas.
La paternidad controladora en la niñez se ha vinculado también a la reducción de la independencia en la adolescencia. Esto sucede porque los niños aprenden a manejar su propio tiempo y a desarrollar habilidades importantes para el sano desarrollo a través del juego libre. Un ejemplo lo es la auto creencia y confianza en sus habilidades para lograr sus propias metas.
Los beneficios del aburrimiento en la rutina infantil
Los padres suelen creer que los hijos que están en crecimiento en esta nueva sociedad, han reducido su capacidad de atención y que las actividades organizadas les pueden ayudar a prevenir de que se aburran.
Pero la psicología sugiere que el aburrimiento por sí mismo, puede ser benéfico para actuar como fuerza motivadora, promoviendo que los niños busquen nuevas experiencias. El aburrimiento motiva nuestra búsqueda de significado y exploración. Promueve pensamientos asociativos, los cuales pueden promover el pensamiento inteligente y la creatividad, así como la reflexión.
La mayoría de la gente sigue rutinas en alguna extensión, ya que esto nos ahorra tiempo y energía en las tareas más importantes. Pero los padres que refuerzan rutinas extremadamente rígidas en todos los aspectos de la vida, puede llevarlos a perder oportunidades de desarrollo y el uso de su propia imaginación y creatividad. Esto podría incluso erradicarla en los niños. Un estudio encontró que los padres más altamente creativos suelen tener hijos altamente creativos. Esto lo podríamos asociar con el hecho de que la genética se hace cargo de una pequeña proporción de la creatividad. Pero además de eso, parece ser que los niños aprenden la creatividad de aquellos que están a su alrededor.
Rutina flexible
La flexibilidad parental no es importante únicamente para la creatividad. Durante el encierro del COVID 19, también ha sido relacionado con vínculos familiares más fuertes y paternidad constructiva. El encierro pudo haber ayudado a muchos padres a pensar en la rutina infantil en pandemia y a dar un paso atrás. La opción sería aprovecharlo con miras a evaluar sus intereses y a resolver cómo compartirlos con sus hijos.
En muchos casos, esto podría llevar a un cambio en las rutinas repetitivas naturales familiares, como las horas de la comida. Esto es importante que no se realice con resultados negativos. Más que hacer las horas de la comida predecibles, con rutinas apresuradas y aburridas, ahí hay una oportunidad de más tiempo familiar. Esto permitió que los niños tuvieran un mayor involucramiento en la preparación de la comida, y más tiempo para conversación, negociación y juego –algo que sabemos es benéfico.
En el Reino Unido, los padres helicóptero están comenzando a retirarse conforme los niños regresan a la cuasi-normalidad. Pero antes de que planeemos el tiempo de nuestros hijos para recuperar el tiempo y la educación perdida, talvez queremos reflexionar en torno a los inesperados beneficios de una realidad menos planeada y controlada. La rutina infantil en pandemia nos puede ayudar a crear una rutina infantil mucho más sana, aún con la pandemia.
https://theconversation.com/routine-less-is-often-more-when-it-comes-to-childrens-development-145900
