Autosabotaje: El enemigo no está fuera, tu peor enemigo podría estar muy cerca: tu propio autosabotaje inconsciente. Lee esta nota y aprende sobre el sabotaje y sus características.
¿Qué es el autosabotaje y cuáles son sus manifestaciones?
De acuerdo con Enrique Monforte, psicólogo y Maestro en psicopedagogía clínica infantil, se trata de conductas inconscientes que suelen aparecer en los momentos importantes o de grandes cambios en nuestras vidas y que nos impiden alcanzar nuestros objetivos.
Por ejemplo, cuando tienes la oportunidad de aplicar al trabajo de tus sueños, pero ni siquiera lo intentas por miedo, porque no te crees capaz, porque te convences de que ni es tan buena oportunidad.
El autosabotaje toma forma de dudas, pensamientos o falsos argumentos que nos llevan a ponernos obstáculos a nosotros mismos. Por eso es tan difícil identificarlo y superarlo. Porque nos convencemos de la veracidad de nuestro raciocinio.
Hay distintas actitudes que demuestran que ejerces el autosabotaje:
- No acabas las cosas. Dejas a medias lo que comienzas. Abandonas mucho antes, utilizando excusas sin importancia.
- Pospones todo hasta el último momento. Es algo que también se conoce como procrastinación. Retrasas todo y por ello, no lo terminas correctamente.
- Eres un perfeccionista. Y como quieres hacerlo todo perfecto, muchas veces, sencillamente no lo haces o no completas nunca una acción.
- Pones excusas de cualquier tipo. Te buscas montones de disculpas externas para no conseguir tus objetivos.
- No cumples tus promesas. Te propones hacer algo, pero terminas haciendo lo contrario.
¿Por qué nos autosaboteamos?
Las razones específicas dependen de cada persona, y necesitan de la ayuda de un psicólogo para llegar al fondo. Sin embargo, hay algo en común en todos los casos: son la consecuencia de asuntos sin tratar. De acuerdo con Monforte, son creencias o pensamientos negativos de nosotros mismos que, a lo largo del tiempo, ganan peso y poder en nuestra mente.
Las causas del autosabotaje pueden ser muchas:
- Nos ponemos excusas para no esforzarnos.
- No sabemos priorizar lo realmente importante y nos dejamos llevar por lo urgente.
- Reaccionamos a los estímulos externos y nos falta autocontrol.
- No sabemos lo que realmente queremos.
- Tenemos creencias limitadoras como “no merezco tener éxito”, “si tengo éxito me van a envidiar”, ” no soy lo suficientemente…”, “es mejor no esforzarme, porque si me esfuerzo y no lo consigo me voy a sentir incapaz”, etc.
- Otras personas nos han puesto los objetivos por lo que no nos sentimos motivados para conseguirlos.
- Miedo al fracaso. A veces preferimos no intentarlo para no enfrentarnos a la posibilidad de fracasar.
- Miedo a no cumplir las expectativas de los demás o, por el contrario, una forma inconsciente de revelarnos ante el papel que otros nos han dado y nosotros no hemos elegido.
Elimina el autosabotaje
- Lo primero es identificar si lo que estás haciendo está alineado contigo. Con tus valores, con tus objetivos y con la vida que quieres lograr o, si lo haces porque es lo que te toca. Si está alineado contigo tendrás la motivación interna para conseguirlo, de lo contrario cualquier inconveniente será un motivo para abandonar la tarea: básicamente, porque en lo más profundo de ti, no te está satisfaciendo.
- Permítete equivocarte. Y esto se que suena fácil decirlo y no tanto hacerlo. Requiere de un trabajo interno por tu parte, pero realmente es muy potente. ¿Cuántas cosas dejamos de hacer por miedo a equivocarnos?
- Cambia tu dialogo interno, los pensamientos recurrentes que te asaltan y comienza a hacerte nuevas preguntas que te ayuden a cambiar tu enfoque. No es lo mismo preguntarte, ¿por qué me pasa esto a mi?, que preguntarte, ¿qué puedo aprender yo de esta situación? Si tú no sabes hacerte preguntas que potencien los resultados, busca la ayuda de un profesional que te guíe en tu proceso personal.
Te dejamos un enlace a un vídeo de YouTube donde expliqué como puedes mejorar tu dialogo interno.