En El libro de la selva –la última película de Disney que navega entre el público infantil y el adulto– aparecen 70 especies diferentes de animales y un solo actor real, Neel Sethi, de 12 años, en el papel de Mowgli. Toda la película es una intensa animación 3D repleta de elementos que dibujan un escenario complejo y pesado de procesar. Para el renderizado de las imágenes se ha empleado una potencia de computación apabullante. Y es que con los medios habituales, procesar un solo frame habría supuesto entre 30 y 40 horas.
El pequeño Neel Sethi ha rodado todas las escenas de la película en un decorado con fondo azul, en los mismos estudios, bajo techo. Prácticamente el resto de elementos se han añadido mediante animación en 3D. Aun así, los animales, la vegetación y los paisajes tienen un carácter hiperrealista, que contribuye a que las escenas estén vivas.
La creación de El libro de la selva ha sido un trabajo artístico. Los programas que ha utilizado el equipo de postproducción, Maya y RenderMan, no son nuevos. Es tecnología que se emplea habitualmente en el mundo de la animación 3D. Maya, de Autodesk, es una solución ampliamente extendida para el desarrollo de gráficos en tres dimensiones, mientras que RenderManes un software creado por Pixar (ahora propiedad de Pixar) para el renderizado de sus películas y que se licencia a terceros.
Sin embargo, el grado de elaboración minuciosa se aprecia en cada detalle. Hacer que el movimiento de los pelos parezca natural requiere un trabajo casi artesano, combinando el uso de automatización con el diseño individualizado para cada pelo. Los ojos son otro de los elementos que destaca para crear La complejidad de las escenas de El libro de la selva se extiende a cada elemento, desde la abundante vegetación al movimiento de los animales. En todo ello incide la iluminación y se generan unas sombras que tienen la misión de convertir la escena en un cuadro hiperrealista.
El trabajo realizado da idea de la cantidad de información que hay detrás de cada una de estas imágenes. De ahí que en términos normales se tardara entre 30 y 40 horas en renderizar un solo frame. Cada segundo de película consta de 24 frames. Por cierto, como El libro de la selva se ha rodado para poder ser vista en 3D, se necesitaban dos frames (uno para cada ojo) para producir un solo frame final.
El renderizado se realiza mediante una serie de complejos algoritmos que indican cómo absorbe y refleja la luz un objeto en un momento preciso. La capacidad de procesamiento es tal que se habrían necesitado miles de ordenadores para hacer el trabajo en un tiempo aceptable, con lo que la compañía habría recurrido a la nube de Google para la tarea, según apunta Legato.
Uno de los aspectos más complejos a la hora de crear imágenes hiperrealistas estuvo en el movimiento de los animales. Los animadores se han documentado en base a fotografías y vídeos para tratar de imitar lo más fielmente posible sus atributos. Esta tarea ha sido una de los pilares de la cinta, que basa parte de su credibilidad en que el movimiento de los animales sea fluido y natural.
Fuente: Blogthinkbig
Universidad Internacional Uninter