¿Por qué no formamos parte de las estadísticas?
Tenemos la gran idea falsa de que podemos describir a los humanos basándonos en lo que es usual, típico, promedio o normal.
No existen los desórdenes mentales normales. Hay más de 1000 patrones de síntomas encontrados en las personas con depresión.
Muchas de las decisiones que tomamos en torno a la descripción de humanos, está basada en una mentira de promedios.
Nuestra mente piensa en términos de categorías y conceptos. Eso es fácil para nosotros. Es como le damos sentido al mundo y a nuestro papel en él. Desafortunadamente, este acercamiento del “sentido común”, deja fuera formas alternativas de pensamiento.
¿Somos normales?
En el último siglo, hemos estado alimentando nuestras mentes con una dieta constante de conceptos basados en un error desde su concepción, un error estadístico. Los físicos ya tenían conocimiento de esto desde hace 90 años, pero que la ciencia conductual ignora. Mi campo, la psicología, ha sido uno de los peores.
No podemos describir a los humanos basándonos en lo que creemos que es “Normal”.
Todos ellos están apoyados masivamente por datos, además de miles y miles de estudios científicos. Todos ellos están cargando un error analítico compartido: el sentido común. Pero en su mayoría comparten la idea errónea de que podemos describir a los seres humanos, basándonos en lo que creemos que es usual, típico, promedio o normal.
Los datos muestran que la palabra “normal”, casi nunca fue usada sino hasta después de la Guerra Civil, Y no fue usada como lo es ahora, sino hasta 1900. Lo mismo aplica para la palabra “promedio”.
Y nosotros hemos sabido por mucho tiempo, que algo está mal con estos conceptos. Desde 1931 cuando el teorema ergódico fue probado por primera vez, los físicos supieron que los grupos promedio (v. g. cómo un cierto volumen de moléculas de gas se conducen) aplican también para individuos (v. g. cómo las moléculas individuales de gas se conducen normalmente) solo en circunstancias muy raras. Ninguno de estos, aplica para las personas.
El promedio y el ejército
Todd Rose, en The End of Average, dice una historia que nos ayudará a ver uno de los aspectos del problema.
Cuando los planes militares fueron diseñados en los años 20’s, un grupo de pilotos fue medido. Midieron qué tan largas eran sus piernas, qué tan largo era su torso, dónde iban sus ojos cuando se sentaban, y así subsecuentemente. Con esto, diseñaron aviones que pudieran funcionar para un piloto normal. Funcionó bien, pero conforme los aviones se volvieron más sofisticados en los años 50, fue cuando comenzaron a estrellarse debido a un error del piloto. Los militares decidieron para rediseñar la cabina, teorizando que el cuerpo de un piloto normal podría haber cambiado en tres décadas. Cerca de 4000 pilotos militares fueron reconsiderados.
Un simple científico, Lt. Daniels, pensó ese problema de forma diferente. Él quería saber cuántos pilotos eran en realidad normales. Él tomó a las 10 dimensiones más importantes que el equipo de medidas identificó y preguntó: “¿Cuántos de esos casi 4000 pilotos estaban en el 30 por ciento del rango de todas las 10 dimensiones?”
La alarmante respuesta: Ninguno.
¿Cómo? ¿No hay pilotos normales?
¿Cuántos fueron “normales” en al menos tres de las 10 dimensiones más críticas, para poder volar un avión de forma segura? Solo el 3.5 por ciento.
Lo que fue diseñado para que a todo mundo le quedara bien, no le quedaba a nadie bien.
No hay sorpresas. La simple idea de lo “normal” viola leyes conocidas para la ciencia, de lo que ocurre si se aplican dichos conceptos a individuos.
¿Existen desórdenes mentales normales?
El desorden depresivo mayor (DDM) es una colección de signos y síntomas que se sospecha viene de un proceso de enfermedad escondido, que supuestamente te deprime.
De ser así, ¿Tú pensarías que la persona promedio con DDM, sería igual a cualquier otra persona DDM? ¿Lo serían?
En un estudio reciente (Fried&Nesse, 2015) de 3,703 personas diagnosticadas con DDM, algunas personas tenían un conjunto de síntomas que eran inusuales. Eso solo aplicó para cinco o menos participantes de toda la muestra. Eso es apenas un diez por ciento o menos. ¿Cuántos creías tú que eran únicos? ¿1 por ciento?¿5 por ciento?¿10 por ciento?
Más de la mitad. Sobre todo, se encontraron que había 1030 patrones de síntomas diferentes.
¿Cómo es la depresión normalmente? No puedes responder esa pregunta sin mentir, no existe un desorden depresivo “normal”. Es una abstracción de una colección de características recabadas a nivel de grupo, cuando es aplicado a individuos cae presa del error ergódico y se desvirtúa.
Una más. Tal vez la más controversial de todas.
Estás seguro de que hay un Coeficiente Intelectual (CI) normal?
Es más, incluso te sabes el número. Es 100.
No. Ese “puntaje en la escala de distribución normal” que llamamos CI, está forzado en los resultados de las pruebas. Los tests son elegidos para vincular uno con otro, e incluso siguen teniendo problemas para lograrlo. ¿Y qué tal la idea de que existe una calidad fija en el CI, que no puede ser cambiado y es supuestamente genético? Esa idea se está cayendo ante nuestros ojos.
Un reciente meta-análisis hecho por Guerin, Wade y Mano, en 2021, encontraron que el entrenamiento de razonamiento inductivo o relacional, transforma el CI de forma significativa. Incluso cuando parte de eso se supone es fijo y genético. Un buen ejemplo es el Programa de Fortalecimiento de Habilidades Mentales con el Entrenamiento Relacional (SMART). Está basado en la Teoría del Marco Relacional (TMR), una teoría del lenguaje y cognición que desarrollé en 1980. SMART entrena habilidades relacionales con tareas como “Si A es igual a B, y B es lo opuesto a C, ¿Cuál es la relación entre A y C?” Nosotros sabemos que solo los humanos tienen este tipo de habilidades relacionales y si los niños no las adquieren, estarán limitados de por vida con pobres habilidades intelectuales y verbales. Si las entrenas, tu puntaje de CI aumenta. Existen ahora múltiples pruebas aleatorias de TMR, basadas en el entrenamiento del CI, incluido SMART. Todos muestran claros aumentos y en áreas del CI que se supone nunca se moverían.
El nivel grupal de “distribución normal” del CI es simplemente una falsa limitante para los individuos.
La mentira de los promedios
Nosotros llevamos con nosotros categorías y conceptos que hacen que cada reto que enfrentamos como humanos, sea cada vez más difícil. Se llama “la mentira de los promedios”.
Los trabajadores son contratados porque ellos son “extrovertidos inteligentes”. Los niños son enviados a programas remediales, porque no han tenido parteaguas en su desarrollo. La gente va por la vida con desordenes mentales vinculados a ellos como tatuajes.
Todos ellos están basados en la mentira del promedio.
Lo que necesitamos son conceptos de la conducta que sirvan con las trayectorias de vida individuales de los seres humanos. Que puedan ser recabados en un entendimiento general. Podemos llegar ahí, pero no lo haremos hasta que primero veamos lo que hemos estado teniendo.
Steven C. Hayes Ph. D.