La poderosa psicología de la ternura

Investigación sobre el kindenschema y el sistema de cuidado parental

Puntos clave

  • Cuando encontramos algo tierno podríamos experimentar una emoción distinta.
  • Los seres tiernos, como los infantes y gatitos, activan el sistema de cuidado parental.
  • El sistema de cuidado parental afecta una amplia gama de inclinaciones psicológicas y de comportamiento, desde el interés en el sexo casual hasta nuestras opiniones políticas.

¿Qué tiene mi hija de 2 años en común con un robot?

Comparte algunas similitudes importantes. Ambos son adorables. Probablemente ambos te causen una reacción similar: “Awww! ¿No es adorable?”

Resulta que esta respuesta en realidad puede ser una emoción distinta. Eso es lo que parece mostrar la investigación de Makenzie O’Neil y Lani Shiota (O’Neil, Shiota, Danvers y Hu, 2022). Emociones como la alegría, la tristeza o la ira, tres de las seis emociones básicas (Ekman, Sorenson y Friesen, 1969), provocan expresiones faciales distintas y fácilmente reconocibles, también lo hacen estímulos lindos como mi hija cuando era una niña pequeña y este adorable robot de entrega de alimentos que deambula por el campus de mi universidad.

En una secuencia de estudios, O’Neil y Shiota exploraron si respondemos a las cosas lindas y cómo. Encontraron que cuando se le mostraba a las personas videos de niños tiernos o bebés de animales, tendían a hacer una o dos expresiones faciales espontáneas. Así que cuando viste la foto al inicio de la publicación, probablemente hiciste una cara que se ve así:

O’Neil y Shiota también descubrieron que cuando alguien hace una cara como esta, resulta que somos bastante buenos para adivinar que estaban reaccionando a algo lindo. Y descubrieron que las personas de una variedad de grupos culturales diferentes, incluidas las personas de los Estados Unidos, el este de Asia y el Medio Oriente, podían detectar con precisión esta expresión y diferenciarla de las expresiones faciales que acompañan a otras emociones positivas. Tomados en conjunto, estos hallazgos sugieren que los seres lindos generan una respuesta emocional distinta en nosotros.

¿Qué hace que algo sea lindo?

Pero retrocedamos un segundo. ¿Qué hace que algo sea “lindo”?

Basándose en el trabajo de Konrad Lorenz (1943), O’Neil nos dice que “rasgos suaves y redondeados; nariz y boca pequeñas y fuertemente agrupadas; frente alta y mejillas grandes; ojos grandes; extremidades cortas y rechonchas; torpeza física; y la incapacidad para alcanzar las metas de uno”, son todas características que nos llevan a percibir a alguien o algo como lindo. Entonces, si pensamos en bebés, niños pequeños, cachorros, gatitos, bebés Yoda y pequeños robots de entrega que tienen miedo de cruzar la calle, comenzamos a ver un patrón. Todos poseen lo que Lorenz describió como kindenschema. Y como señalan O’Neil y Shiota, cuanto más fuerte es el kindenschema, más lindo es el niño, el cachorro o el robot (O’Neil, et al., 2022).

¿Por qué importa la ternura?

Resulta que cuando encontramos a alguien lindo, nos hace querer ayudarlo, protegerlo y nutrirlo (Kringelbach, et al., 2016). La evolución parece habernos programado para responder de esta manera, probablemente porque aumenta las probabilidades de que nuestros hijos sobrevivan y, por lo tanto, continúen transmitiendo nuestros genes (O’Neil, Danvers y Shiota, 2018). De hecho, podríamos pensar en ser lindos como una especie de superpoder que poseen los bebés (o cachorros), un poder que les ayuda a obtener protección, alimentos y otros recursos de los cuidadores.

Esta respuesta de ternura es parte de un conjunto más amplio de tendencias psicológicas y conductuales que se han denominado el sistema de cuidado parental (Kenrick, et al., 2010; Schaller, 2018). Curiosamente, la investigación que involucró a más de 15,000 personas en 42 sociedades encontró que esta es típicamente una de las motivaciones más fuertes que poseen las personas (Ko, et al., 2020; Pick, et al., 2022a). Es más fuerte que nuestra motivación para evitar enfermedades infecciosas, ganar estatus o encontrar nuevas parejas. Y durante la pandemia, parece que en realidad se ha fortalecido (Pick, et al., 2022b).

Más allá de llevarnos a ser cariñosos y protectores con aquellos que encontramos lindos, este sistema también nos hace evitar correr riesgos, reduce nuestra confianza en los extraños y nos hace menos interesados en buscar aventuras de una noche (Schaller, 2018). Podría decirse que todos estos efectos psicológicos aumentan las probabilidades de que invirtamos en los niños y los mantengamos seguros.

Esta motivación de cuidado parental también parece afectar nuestras preferencias políticas. En países que van desde Australia hasta el Líbano, un estudio reciente encontró que cuanto más altas eran las personas en esta motivación, más políticamente conservadoras tendían a ser (Kerry, et al., 2022). Inducir experimentalmente esta motivación tiene un impacto similar en las actitudes políticas de las personas (Kerry, et al., 2022). Y este tipo de efectos no parecen estar confinados a las personas que son padres, como tampoco se limitan a las respuestas a nuestros propios hijos, o incluso a los niños humanos (Schaller, 2018).

Así que, la próxima vez que te encuentre a un infante adorable, o a un cachorro abrazable, aparte de ese dulce y cálido sentimiento, probablemente también estés experimentando cambios en una amplia gama de objetivos, actitudes y formas de percibir a los demás y al mundo que te rodea.

Michael E. W. Varnum, Ph.D.,

What’s Cute and Why It Matters | Psychology Today 

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