Mi hija más grande de 40 años, apenas tuvo a su bebé. Previamente ella ya había tenido dos abortos en su historial. Ella está comprometida con el padre y está emocionada por formar una familia. Mi hija de en medio, 37 años, ha estado intentando embarazarse durante un año y está resentida con su hermana. Siente que, debido a su pasado, ella no sería merecedora de un hijo. Ella se niega a ver fotografías del bebé y se resiente conmigo porque quiero ver a mi nieta. Las pruebas de fertilidad no registran algún problema. ¿Cómo pudiera yo reaccionar ante su indiferencia y enojo? Ella siempre ha tenido ansiedad e inseguridad. Nuestra familia camina entre cáscaras de huevo alrededor de ella.
Comencemos con lo que debe de ser reconocido: Felicidades. Pero qué decepcionante que lo que debería de ser una ocasión de júbilo se convierte en un campo minado emocional y ha dejado el dilema más doloroso para un padre. El ver a tus hijos peleándose entre ellos por lo que cualquier movimiento puede ser la munición para alguien.
En ese momento, las necesidades emocionales para mi hija de en medio están controlando las dinámicas familiares. Los celos por fertilidad son reales y muy comunes entre mujeres que están sufriendo para concebir. La maternidad es un deseo con raíces profundas y la infertilidad puede traer desesperanza, depresión y sostener emociones oscuras.
Para muchos, la infertilidad inexplicable también va carcomiendo el sentido de uno mismo. Lleva a las mujeres a sentirse como fracasos como seres humanos, como hijas, como mujeres y como esposas, cuestionando su propia feminidad. Dada la facilidad de su hermana para concebir, la infertilidad podría estar exacerbando un antiguo conflicto entre hermanas. Seguido a esto, los hijos nacidos entrarán ipso facto en una interminable comparación y competencia. Tu hija de en medio podría experimentar su problema para concebir como el creador de una segunda postura: un recurso de resentimiento.
Pero como cualquier otra persona, ella es responsable de sus propias emociones. Elegir el mortificarse en decepción no le autoriza hacer de ello el eje en el que la familia girará. Aun así, sus necesidades emocionales han sido acordadas como ser una prioridad, es decir, esas cáscaras de nuevo están definiendo los patrones de interacción.
El aumentar una carga emocional, parece que tu hija cruzó una línea del embarazo común y corriente, al seguimiento puntual y molesto de la fertilidad de la hermana. Contando ahí pases sin usar e insistiendo que su hermana debería de ser penalizada por su biología.
Estando la situación tensa, ofrece la oportunidad trasnochada de recuperar el balance, tanto para tu hija de en medio como para toda la dinámica familiar. En lugar de andar de puntitas alrededor de tu hija, te puedes mover de forma empática hacia ella y ayudarla en su reconocimiento de su envida normal del embarazo que ahora ella está sintiendo tan intensamente.
Puedes usar esa discusión como una palanca para explorar todas las quejas que ella guarda y cuenta. El solo escuchar podría ser lo que ella necesita, quitándoles la carga y soltando años de tensión. Pero es posible que una reparación profunda es requerida. De ser así, una ronda de terapia familiar podría restaurar en todos el placer de reconocer los escalones familiares.
https://www.psychologytoday.com/intl/articles/202207/undone-by-envy