Ataques de pánico: Pueden ocurrir en cualquier momento y no sabes cómo controlarlos, la persona experimenta un miedo intenso, provocando a su vez síntomas físicos y psicológicos.
¿Qué es un ataque de pánico?
Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves cuando no existe ningún peligro real o causa aparente. Los ataques de pánico pueden provocar mucho miedo. Cuando se presenta un ataque de pánico, puedes sentir que estás perdiendo el control, que estás teniendo un ataque cardíaco o, incluso, que vas a morir.
Muchas personas tienen solo uno o dos ataques de pánico en toda su vida, y el problema quizás desaparece cuando se resuelve una situación estresante. Sin embargo, si tienes ataques de pánico inesperados y recurrentes, y pasas mucho tiempo con miedo constante de sufrir otro ataque, es probable que tengas una afección llamada «trastorno de pánico».
A pesar de que los ataques de pánico en sí mismos no ponen en riesgo la vida, pueden provocar mucho miedo y afectar, de manera significativa, tu calidad de vida. Sin embargo, el tratamiento puede ser muy eficaz.
Síntomas de un ataque de pánico
Las personas que padecen de ataques de pánico pueden sufrir y padecer síntomas como los que se mencionarán a continuación.
- Ataques repentinos de miedo: La persona puede sentir un terror intenso en cualquier momento y sin conocer con claridad la situación que lo desencadeno.
- Sensación de miedo incontrolable: Se puede experimentar un miedo tan inmenso, que la persona puede pensar que no es capaz de tener control sobre ella misma.
- Síntomas físicos: No saber controlar la respiración, experimenta taquicardia, temblores, escalofríos, sudor excesivo, mareos y náuseas, dolor de estómago, calambres en las extremidades, entre otros.
- Pensamientos obsesivos: Los ataques de pánico se convierten en un pensamiento obsesivo y no sabe cómo controlarlos. La persona que padece el trastorno, se obsesiona con pensar todo el día en cuando lo volverá a experimentar.
- No querer volver a los lugares donde ha tenido ataques de pánico: Normalmente la persona no quiere regresar a esos lugares donde experimento el episodio, ya que este se convierte en un evento traumático.
Factores de riesgo
Los síntomas del trastorno de pánico suelen comenzar al final de la adolescencia o a principios de la adultez y afectan a las mujeres más que a los hombres.
Los factores que aumentan el riesgo de padecer ataques o trastorno de pánico comprenden los siguientes:
- Antecedentes familiares de ataques de pánico o trastorno de pánico
- Factores de estrés importante en la vida, como la muerte o una enfermedad grave de un ser querido
- Un suceso traumático, como una agresión sexual o un accidente grave
- Cambios importantes en la vida, como un divorcio o la incorporación de un bebé a la familia
- El consumo de tabaco o cafeína en exceso
- Antecedentes de maltrato físico o abuso sexual en la niñez
Consejos para controlar un ataque de pánico
- Reconoce e identifica los síntomas: Es de suma importancia aprender a identificar los síntomas, cuando empiezas a experimentar el episodio, sentirás diferentes síntomas en tu cuerpo y serán estos los que te indiquen si se va a presentar.
- Asiste a terapia psicológica: La ayuda profesional te servirá de apoyo para afrontar y superar tu trastorno, ten paciencia en tu proceso, los cambios no los va a evidenciar de la noche a la mañana.
- Busca un lugar donde te sientas tranquilo: Anteriormente ya mencionamos cuáles pueden ser los síntomas físicos que se experimentan cuando comienza un ataque de pánico.
- No ignores tus ataques de pánico: En muchas ocasiones no nos gusta reconocer que tenemos un problema, ya que generara más ansiedad.
- Practica ejercicios de respiración: Los ataques de pánico harán que reacciones de forma errática y excesiva ante cualquier estímulo, de aquí la importancia de aprender técnicas de respiración controlada.