
Por qué los expertos nos advierten sobre interrogar a niños como si fueran adultos.
Los niños saben mucho menos del sistema legal y de sus derechos, que los adultos.
Los niños son peores que los adultos al tomar riesgos, incluyendo durante un interrogatorio.
Los niños son más vulnerables al estrés que los adultos, pero tener a un adulto presente no es una garantía de protección.
A los niños se les enseña a obedecer a los adultos dentro y fuera de un cuarto de interrogación.
Las personas están delirando sobre la nueva miniserie de Netflix “Adolescencia”, la cual sigue la historia de un chico británico de 13 años llamado Jamie Miller quien se supone mató a su compañera de salón Katie con el cuchillo de la cocina. En el Episodio 1 sucede el interrogatorio de Jamie, el cual incluye a dos detectives, a Jamie, a su “adulto conveniente” (su padre), y su abogado.
Antes de la interrogación, Jaime fue evaluado médica y psicológicamente, se le dio el desayuno, se le informó sobre sus derechos en múltiples ocasiones, lo animaron a solicitar un abogado quien le aconsejó que respondiera a las preguntas sobre la noche en cuestión con un “sin comentarios” y le informó que la sesión estaba siendo grabada. A través del episodio, se puede escuchar a muchas personas en la estación de policía identificando a Jamie como un menor de edad, lo cual señala a otros personajes en cómo este caso debe de ser atendido con mucho cuidado.

Un niño en los Estados Unidos podría ser tratado diferente a cómo trataron a Jamie, debido a que en el Reino Unido se prohíbe la aplicación de tácticas confrontativas o agresivas que sí son permitidas en los Estados Unidos. Recientemente, como sea, muchos estados han escuchado argumentos para sanciones que podrían restringir el uso de tácticas de interrogación coercitivas con menores de 18 años. Por ejemplo, en Indiana e Illinois, entre otros estados, han pasado leyes prohibiendo el uso de estos “hechos falsos” y “engaño consciente” durante las interrogaciones de custodia de los menores. Esta táctica, es bien sabido que, es dirigida a confesiones falsas, especialmente con jóvenes.
En general, expertos en psicología advierten contra el uso de este tipo de tácticas de interrogación con niños, mismas que usamos con adultos. Aquí hay algunas razones del por qué:
1. Los niños simplemente saben menos del sistema legal y de sus derechos.
Los sujetos de un interrogatorio de custodia son requeridos a estar informados de sus derechos, a guardar silencio y a pedir un abogado (conocido como los derechos Miranda), pero la gente en general tiene dificultades comprendiendo estos derechos, y mucho más los menores. Para que una renuncia a estos derechos sea legal, se debe de obtener de forma voluntaria, consciente e inteligentemente. La investigación muestra que los menores tienen un momento difícil tratando de comprender los derechos Miranda. La mayoría alberga ideas equivocadas cruciales que amenazan su habilidad para renunciar a ellos de forma inteligente y consciente. Por ejemplo, el 55% de la muestra de 64 menores, creyeron incorrectamente que su familia sería responsable de pagarle a un abogado que había sido asignado a ellos por la corte. Y el 73% pensó incorrectamente que tendrían acceso a los derechos Miranda en situaciones no-policiales, como cuando son detenidos por un guardia en una tienda.

2. Los niños son peores que los adultos al evaluar riesgos.
Conforme nos vamos desarrollando, las áreas en nuestro cerebro que controlan el procesamiento cognitivo y emocional, maduran a diferente ritmo. Esto puede llevar a lo que los psicólogos llaman “inmadurez de juicio”, lo que se caracteriza en parte por una inclinación hacia una toma de decisiones de corta visión e ignorando las consecuencias a largo plazo de nuestras decisiones. Por ejemplo, un adolescente puede tomar una decisión de corta visión para tener sexo sin protección, sin considerar las consecuencias de contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS) o el riesgo de embarazo. O podrían elegir confesar un crimen que ellos no hicieron para escapar de un interrogatorio estresante, sin considerar que esa confesión sería presentada ante un jurado como evidencia en su contra, llevando eso a una declaración de culpabilidad potencial.
3. Los niños son más vulnerables al estrés.
Los psicólogos distinguen entre contextos “calientes” y “fríos” -contextos “calientes” somo estresantes, cargados de situaciones emocionales, mientras que los fríos permiten a alguien tomarse el tiempo y la energía de tomar decisiones lógicas y racionales. Alrededor de la edad de 16 años, los menores comienzan a desarrollar una capacidad de toma de decisiones racionales que se aproxima a la de los adultos, en contextos fríos. Los interrogatorios policiales pueden ser considerados razonablemente como contextos calientes, en los cuales los chicos serían incapaces de pensar claramente y suprimir decisiones impulsivas. N Jamie Miller de Adolescencia, nos muestras claras señales de estrés emocional durante su arresto e interrogación, el no confiesa el homicidio parcialmente debido a la influencia de su padre y abogado, que tienen una mayor capacidad para mantenerse calmado durante el interrogatorio. Un adolescente confrontado con un interrogatorio agresivo y sin aliados familiares puede ser más susceptible a este stress, el cual le puede dejar vulnerable a la coerción. Como sea, hay que tomar nota de la sola presencia de una figura parental en un interrogatorio juvenil, no es suficiente como una medida protectora en contra de una confesión falsa o bajo coerción.

4. Los niños son enseñados a obedecer a los adultos.
Finalmente, los menores están socializados para someterse y cumplir con las figuras de autoridad, lo cual fomenta el riesgo de sugestión. Hasta que salen del colegio, los chicos no son libres de hablar sobre el ambiente de su escuela sin que reciba permiso por parte de un profesor, ni siquiera en los baños. Ellos son castigados si contradicen a sus padres o van en contra de las ordenes de un entrenador, así que ellos son enseñados que cumplir es la mejor forma de actuar. Las investigaciones muestran que esto sucede en los casos de interrogatorios también, al ser los chicos interrogados frente a no uno, sino dos condiciones de dominación social. Como un prominente investigador lo propuso: “El papel del sospechoso subyugado al rol del oficial de policía como interrogador, está combinado con el rol en desarrollo del joven subyugado al rol del oficial como adulto”. En estudios de laboratorio, los niños más jóvenes son más propensos que niños más grandes o adultos, a confesar ante una trasgresión que ellos no hicieron, cuando son cuestionados por una figura de autoridad adulta.
En suma, conforme más estados están contemplando pasar leyes para disminuir el uso de tácticas de interrogación coercitivas con sospechosos menores de edad, nosotros como público deberíamos considerar lo que la investigación psicológica tiene que decir sobre menores de edad que son vulnerables en situaciones que se comprenden como estresantes y emocionales.