¿Es tu adolescente en realidad el problema?

Algunas veces, los problemas familiares pueden ser injustamente adjudicados a los hijos.

Mientras que los adolescentes pueden ser difíciles en momentos, no son siempre ellos los causantes de los problemas.

Los hijos escuchan lo que sucede entre sus padres y pueden ser jalados a sus problemas.

Los adolescentes pueden abrumarse emocionalmente por los problemas de sus papás.

La línea de fondo es que los adolescentes pueden ser difíciles. Cualquier padre con un adolescente te podría decir eso. Los adolescentes cuestionan nuestra autoridad. Muy seguido ellos sienten que tienen una mejor forma de resolver las cosas y eso puede ser muy frustrante a veces. Es por eso, que cuando los conflictos surgen en la familia, muchos padres culpan a sus adolescentes por sus dificultades. Después de todo, si los adolescentes no fueran tan contrarios y/o argumentativos, no habría tanta tensión en la familia.

Mientras que no podemos negar que los adolescentes pueden ser difíciles para los padres, no son siempre ellos los causantes de los problemas que surgen. Mientras que sus problemas conductuales suelen ser catalogados como el origen de los problemas que están alterando a la familia, frecuentemente son otros factores en casa los que contribuyen a dichas dificultades.

En mi práctica, he visto numerosos casos de padres que llevan a sus hijos a terapia porque son desafiantes o tienen problemas de adaptación. Mientras que cuando hablo con los adolescentes, muy seguido descubro que el hijo se está manifestando ante los eventos en casa. Muy seguido, es porque los padres no logran comprender los cambios que los adolescentes están atravesando mientras que tratan de explorar lo que ellos son. Otras veces, los padres pueden poner sus propios conflictos en los hijos. Algunas veces ellos le ponen mucha presión a los hijos al grado que el hijo se siente abrumado y deja de ser capaz de lidiar con lo que está sucediendo en la familia.

Cuando los adolescentes son mediadores de los padres

Los adolescentes podrían ser arrastrados a los conflictos emocionales entre los padres. Los adolescentes no son lo suficiente maduros para mediar las dificultades de sus padres. Algunas veces el hijo se convierte en el confidente de uno de los padres que le pide mantener secretos de su otro padre. Esto puede ser abrumador para el sentido de lealtad del hijo y para la estabilidad al interior de la familia. En su extremo, los adolescentes podrían tener que lidiar con padres en guerra que no se llevan bien.

Estas situaciones pueden ser abrumadoras para los adolescentes y llevarlos a actuar de forma inapropiada. Cuando los hijos sienten que ellos tienen que cuidar a sus padres, su sentido de responsabilidad para ser un adulto en esa situación puede ser elevado. Esto lo puede hacer más difícil para ellos el aceptar la autoridad de los padres.

Los adolescentes ven todo lo que sucede en el hogar, quieran o no. Cuando ellos se sienten emocionalmente abrumados por los problemas familiares, pueden convertirse en personas más exaltadas o tener menor habilidad para mantener un enfoque y suelen renunciar. Esto puede ser el resultado de bajas calificaciones, actitudes desafiantes o el desinterés en su futuro. Los padres podrían de forma inadvertida llevar a los hijos por este camino al negarse a asumir su responsabilidad como padres o al no proteger a sus hijos de los problemas adultos que los padres podrían estar enfrentando.

Tu adolescente podría no tener la culpa

La psicología tiene un término para los hijos que son culpados de los problemas dentro de la familia. Se le llama ser el “paciente identificado”. Cuando uno de los hijos es visto como el problema, es una forma fácil para los padres de poner el problema en otro lugar que no sea ellos. Es una forma que tienen los adultos de evadir la aceptación de su propia responsabilidad en las dificultades que están sucediendo.

Es importante que los padres le den un buen vistazo a todo lo que está sucediendo en su hogares antes de saltar a conclusiones donde toda la culpa recaiga en los hijos. Esto no significa que los adolescentes no sean difíciles. Todos sabemos que lo pueden ser. Como sea, si un hijo que le estaba yendo bien y ahora tiene problemas de conducta, lo mejor para todos sería que los padres exploraran todos los factores involucrados y no solo culpar a los hijos.

David Schwartz, LMFT, is a licensed Marriage and Family Therapist who works with adolescents, adults, couples, and families in Westlake Village, California.

https://www.psychologytoday.com/us/blog/adolescents-explained/202505/is-your-teen-really-the-problem

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