Buscar el amor en línea puede minar las fantasías en contraste con la realidad.
Yo tengo 77 años de edad, soy un hombre norteamericano quien está activo y trabaja tiempo completo. Conocí a una mujer en un sitio de citas en línea, es médico, tiene 30 años y vive con sus papás en Inglaterra. Tenemos maravillosas conversaciones sobre el amor, la confianza y la amistad. Hemos expresado el amor el uno al otro. Ella dice que me visitará pronto. Yo sí deseo a una mujer menor. Quiero estar enamorado de nuevo. Estuve casado por 28 años con una maravillosa mujer; tenemos una hija ahora adulta y somos amigos. Sé que estoy disparando a las estrellas. Tal vez le pegue a la luna.
Es muy probable que el resultado sea que te caigas de espaldas en la tierra sin apenas haber llegado a su órbita. No que disfrute el deshacer los sueños, pero el problema es que no te has enamorado de una mujer real. Y no tiene que ver nada con la edad o la distancia o la personalidad.
El internet es un maravilloso lugar para encontrar personas y amplía vastamente las posibilidades de pareja. Pero hasta que conozcas a alguien de carne y hueso -y sería sabio hacerlo lo más pronto posible, antes de que las fantasías empiecen a reemplazar a los hechos. Sin importar las maravillosas conversiones que tienes en línea, esa persona es principalmente una proyección de tus necesidades. Como lo plantea el filósofo Aaron Ben-Ze’ev, cuando tú conduces una relación por tus propios medios, tienes el riesgo de ser “capturado por tu propio deseo”.
Te has enamorado de la mujer que quieres, pero ella podría no ser la mujer que llegue a tu puerta. Una relación solo por internet está más vinculada con nosotros mismos y lo que uno espera que exista en el otro en lugar de lo que existe realmente.
Los romances en línea pueden ser muy emocionantes: se mueven rápidamente, la gente suele revelar bastante de sí mismos. Esa rápida auto-apertura es excesivamente excitante -el ponerte a ti mismo en palabras y que alguien más te escuche. Hasta que pasan tiempo juntos en persona y tengan conversaciones sobre otras cosas que no sea el amor, no se conocen en realidad.
Emocionalmente alborotados, intoxicado con las posibilidades e impulsado por el hambre humana, sientes que la relación en línea es más real de lo que es real. Es un remolino de emociones en ti. Te hace sentir vivo. Pero la relación no ha sido mutuamente construida, como lo debe de ser una relación. Existe independientemente en la imaginación de cada uno. Sin pasar tiempo con la persona, en un despliegue de situaciones, no hay medios para desarrollar un entendimiento compartido que iguale los grados de afecto involucrados.
Toda esta discusión indica que no está sucediendo un engaño intencional, sino que tu correspondiente electrónico es una mujer médico joven que tú crees que es. Las oportunidades para el engaño digital son muy grandes y podrían garantizar otra gran discusión. Y espero que hayas hechos los cálculos para ti (y tu familia) de si es necesario encontrar el amor con alguien posiblemente menor que tu propia hija.
Para todos los motivos mencionados anteriormente y más, lo mejor es acercarse a las relaciones en línea con cautela. Está bien coquetear, incluso coquetear mucho, pero asegúrate de que haya mucho intercambio de información. Y más curiosidad que condena.
https://www.psychologytoday.com/us/articles/202305/wired-for-love
Hara Estroff Marano