La investigación ofrece una respuesta a este viejo debate.
La investigación encuentra no diferencia en los niveles de estrés entre los padres de niños o de adolescentes.
Como sea, los papás de niños reportan sentirse más agobiados y teniendo menos tiempo para su vida personal y más conflictos con sus parejas.
Al mismo tiempo, los padres de los niños muestran un aumento en la satisfacción y felicidad en la relación padre-hijo que los padres de los adolescentes.
Muchos padres que están teniendo dificultades en los años de niñez, son advertidos por los padres de niños más grandes: ”¿Tú crees que esto es difícil? Solo espera hasta que sean adolescentes”. Como un padre de un niño yo misma, he encontrado siempre estas advertencias como desmoralizantes y, honestamente, terroríficas. Así que no podía ayudar solo preguntándome si la investigación respaldaba este hecho. ¿Qué es en realidad más estresante: ser padre de un niño o de un adolescente?
Primero, la investigación no encuentra diferencias significativas entre los papás de los niños y de los adolescentes. Como sea, el rol con sobrecarga (también conocido como, sentirse agobiado por todo lo que tienes que hacer como padre) es más alta en padres de niños, que en padres de adolescentes. Sin sorprender, la paternidad de bebés y niños, está asociada con una mayor demanda de tiempo de los padres, aumento en los conflictos maritales o de pareja, dificultades en el equilibrio trabajo-familia y menos tiempo personal. La investigación encuentra que la calidad de la relación marital/pareja disminuye desde la infancia y después mejor cuando el niño comienza la edad de la primaria.
Aún así, al mismo tiempo, los papás con niños de menos de cinco años, muestras un aumento en la satisfacción de la relación con sus hijos, una autoestima más alta, y mayor confianza como papás, y menos síntomas de depresión que los papás de adolescentes o niños de edad escolar. Los padres de niños también muestran mayor felicidad cuando interactúan con sus hijos, que los padres de adolescentes.
La paternidad de un adolescente es también complicada en sí misma. La investigación descubre que, mientras que los hijos jóvenes tienen más demandas y necesidades, sus necesidades son usualmente atendidas de la misma forma. Por otro lado, los adolescentes requieren que sus papás atiendan sus necesidades de formas diferentes y más individualizadas. En otras palabras, los hijos más jóvenes podrían necesitar de ti más seguido, pero sus necesidades son más fáciles de atender.
En resumen, la paternidad de niños y la de adolescentes, son ambas estresantes en su forma propia. De forma interesante, la paternidad de hijos más jóvenes pareciera ser de “los mejores momentos” y “los peores momentos”. Esto es, podría lo más satisfactorio, pero también, la etapa de la paternidad más abrumadora y demandante.
Y podrías estar pensando: “Ok, me estás diciendo que la paternidad de niños y adolescentes es extremadamente estresante…. pero no puedo cambiar la edad de mi hijo, ¿entonces, qué debería de hacer ahora?
Ya sea con niños o adolescentes, intenta enfocarte en poner atención en los aspectos positivos de su fase de desarrollo en la que están. Con niños, podrías intentar enfocarte en cuánto te aman o apreciar sus adorables pequeñas caritas. Con adolescentes, podrías intentar enfocarte en su independencia en las tareas más diarias o que puedes salir de casa sin conseguir una niñera.
Ya sea que esta estrategia te funcione o no, por favor, nunca le digas a otros padre de que tú estás en una etapa más difícil de paternidad, ya que este tipo de advertencias solo te harán sentir peor. Por otro lado, al hablar de los aspectos positivos de la etapa de paternidad en la que estás, es posible que te sientas mejor después de la conversación.
Cara Goodwin, Ph. D.
Which Is Harder: Parenting Toddlers or Parenting Teenagers? | Psychology Today