No, tú no puedes malcriar a un bebé

Estos consejos y estrategias pueden ayudar a entender a los cuidadores.

Puntos clave:

Los miembros de la familia suelen discutir internamente cómo la gente responde a cuidar a sus bebés.

Aun cuando no sea una retroalimentación solicitada, puede ser difícil de escuchar, los cuidadores deben de saber que no pueden malcriar a un bebé.

Los bebés dependen de sus cuidadores para lograr atender sus necesidades básicas y crianza, por lo que un cuidador atento es importante.

Los practicantes pueden apoyar en el aprendizaje parental y construir habilidades que ofrezcan una crianza cuidadosa.

Entre las culturas, hay casi una docena de festividades alrededor de los meses de invierno, lo que significa que la familia extendida se reunirá. Pero incluso, si solo es una festividad virtual, los miembros de la familia podrían compartir sus ideas de cómo la gente está actuando y atendiendo a sus bebés. Abundan las opiniones por las diferencias generacionales.

Esto es algo que, incluso cuando pareciera que no son bien recibidos, pueden ser algo difícil de lidiar para los padres y cuidadores, especialmente para los nuevos. Hay algo duro que sucede cuando tus decisiones en torno a tu forma de vivir tu paternidad son cuestionadas. Y cuando esos cuestionamientos vienen de tus papás o de otro miembro querido de tu familia, puede afectar incluso más profundamente.

¿Cómo pueden los practicantes asegurarse de que los cuidadores están bien informados, y puedan mantenerse firmes incluso cuando tengan que enfrentar retroalimentaciones negativas o críticas? ¿Qué pueden hacer o decir, cuando les dicen: “Estás malcriando a ese bebé” o “el bebé te está manipulando”?

¿Qué significa malcriar a un bebé?

Un niño malcriado puede ser descrito en general como egocentrista e inmaduro, como una consecuencia de la falta de refuerzo consistente por parte de los padres, y la ausencia de límites apropiados a su edad (McIntosh, 1989) Dicho eso, los recién nacidos (es decir, bebés menores a los 5 o 6 meses de edad) son apropiadamente para su edad, ego-centristas. Ellos no podrían sobrevivir sin un cuidador, y no requieren de límites, per se. Muchos expertos notables en el desarrollo de la infancia temprana, incluidos Mary Ainseorth y T. Berry Brazelton, están de acuerdo que un cuidador sensible es la mejor práctica para cuidados infantiles. Se van construyendo los vínculos de apego a través de diferentes conductas, como lo es cargar a un bebé cuando lloran y responder sensiblemente a sus señales. (Solomon, 1993)

Las mismas conductas se pueden observar en algunos cuidadores que están malcriando. Pero son las mismas conductas que se han ido mostrando para promover un apego seguro y fomentar la salud mental infantil. (Solomon, 1993)

¿Qué es lo que los cuidadores creen en torno a la malcrianza?

Muchos cuidadores se sienten inclinados a quedarse cerca de sus recién nacidos, para cargarlos cuando lloren y tranquilizarlos. Estos cuidadores posiblemente caigan en la categoría de creer que el bebé no puede ser mal criado. O que, si en efecto son mal criados, entonces es algo bueno. (Solomon, 1993). Por otro lado, algunos cuidadores piensan que pueden malcriar a un bebé y que es algo malo que puede llevar a convertirse en niños y adultos mal criados. (Solomon, 1993)

En un estudio de 1993, el 25 por ciento de los padres encuestados creían, ajustados con la definición arriba presentada, que los infantes (incluso los menores a los 5 meses de edad) podrían ser mal criados. Afortunadamente, ese es relativamente un pequeño porcentaje. Es ampliamente entendido – y afianzado en el trabajo de Jean Piaget- que los pequeños bebés no son capaces cognitivamente de lograr una manipulación consciente en su ambiente o cuidadores. Eso podría ser un parteaguas en el desarrollo de la permanencia del objeto, la cual surge típicamente entre los 6 y 9 meses de edad. (Solomon, 1993)

El impacto de la familia y la cultura y sugerencias para los cuidadores.

El mismo estudio de 1993 sugirió que la educación, ingreso y raza, están asociadas con las creencias parentales, acerca de si se debe o no mal criar a un infante (Solomon, 1993). Esto incide que la crianza y la cultura -religiosa, familia, lingüística y más, – puede impactar los puntos de vista. (Burchinal, et. Al. 2010).

Es importante la creencia que el padre o cuidador tenga, sobre si un bebé puede ser mal criado. La buena noticia es que muchos cuidadores saben que un bebé no puede ser malcriado. El atender sus necesidades es importante para el desarrollo sano del bebé. Es interesante que investigaciones recientes muestran a muchos más que automáticamente (e inconscientemente) ajustan sus estilos de crianza conforme sus bebés se desarrollan y sus habilidades y necesidades cambian (Young, et. al., 2017).

Clínicos, miembros de familia y otros, pueden ayudar a los cuidadores a construir un andamio que entendimiento del desarrollo y proveer de una crianza más sensible, al:

  • Resaltar cuando un bebé señala una necesidad. Los bebés usan sus sonrisas, ternura y llora para llamar la atención, en el proceso evolutivo crucial de lograr que sus cuidadores les pongan atención (Young, et. al. 2017)
  • Identificar que el cuidador sea sensible. Cuando aquellos que tienen el rol de identificar cuando el bebé ha señalado una necesidad y la atienden, esto refuerza una conducta positiva.
  • Brinda información sobre un desarrollo típico. Cuando los cuidadores tienen un buen conocimiento de las habilidades del bebé, se tenderá a tener expectativas más apropiadas de desarrollo.
  • Sé curioso respecto a creencias y prácticas. Cuando interactúes y reflexiones en interacciones con otros cuidadores, siempre pregunta primero. Pregunta si puedes adivinar junto con ellos, las pistas que va dando el bebé. Pregunta sobre sus creencias sobre los infantes y sus conductas.
  • Mantén conexión con grandes consideraciones. Nota y enfatiza la armonía, interacciones de contingencia y cuidado sensible.

La conducta de los padres es afectada por las creencias del cuidador, respecto a las necesidades y capacidades emocionales del pequeño (Siegel, 1985) Cuando los cuidadores entienden que atender las necesidades del infante es lo más fundamental, es el primero paso que ayudará a estar mejor equipado para hacerlo. Practicantes pueden apoyar el aprendizaje parental y construir habilidades con las sugerencias que arriba se dieron, también el lograr poner atención a una prácticas reflexiva y en la que se comparta información.

PsyD Wahil Briggs

No, You Cannot Spoil a Baby | Psychology Today

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