Un nuevo estudio investiga el vínculo potencial que existe entre la inteligencia y el ser agradable.
La gente inteligente suele caer mejor que sus pares, de acuerdo a los descubrimientos de un nuevo estudio enfocado en adolescentes.
A la gente inteligente suele agradarle menos la gente, en comparación con las personas que no son tan inteligentes, y suele gustarles solamente otras personas inteligentes.
La asociación entre inteligencia y ser agradable a otros, es más fuerte al inicio de la relación, sugiriendo esto que, con el tiempo, los inteligentes comienzan a ser menos importantes.
Los investigadores advierten que la gente inteligente a la que solo le hace bien otra gente inteligente, puede ser percibida como arrogante o aislarse.
¿Por qué nos cae bien otra persona?
Muchos factores vienen a la mente. Una personalidad agradable, opiniones similares, valores y creencias, y un gran atractivo físico, todo podría influir en qué tanto le cae bien una persona a otra.
Un factor que podría ser un poco más complicado, es la inteligencia. Se podría asumir que a la gente le suele gustar más generalmente otra persona que sea más inteligente, pues esto podría hacer a la persona más interesante. Pero esta asociación podría ser también una función de la inteligencia, en ambas personas. Si una persona es demasiado inteligente, alguien con menos inteligencia podría no agradarle, pues se podría sentir que alguien con menos inteligencia sería menos interesante de conocer, y por lo tanto, menos atractivo.
¿Es la gente inteligente más agradable?
Sorpresivamente, la investigación psicológica no ha investigado la relación entre ser inteligente y el ser realmente agradable para otras personas con anterioridad. Es por eso, que un nuevo estudio publicado en el diario científico Personality and Individual Differences (Flakus et al., 2021), muestra el vínculo que existe entre la inteligencia y el ser agradable.
En el estudio, la investigadora María Flakus y su equipo, analizaron los datos generados por sus pupilos en una escuela secundaria polaca. Los pupilos fueron evaluados usando una prueba estandarizada de inteligencia (Matrices Progresivas de Raven) y también se les solicitó que indicaran quiénes eran sus mejores amigos de la clase. El investigador no puso algún límite en la lista de la gente que les agrada, de esta forma los pupilos pudieron elegir al o los que ellos querían.
Estas mediciones se tomaron tres veces:
- Durante el primer mes de clases cuando los pupilos aún no se conocían entre ellos muy bien.
- Después de tres meses de escuela cuando comenzaron a conocerse entre ellos.
- Después de 12 meses de escuela cuando los pupilos ya se conocían mejor.
La relación entre la inteligencia y caer bien.
Los resultados del estudio indicaban que ser inteligente influye tanto en el caer bien, como en el que te caigan bien otros. De forma interesante, lo hizo también de forma opuesta. Los pupilos inteligentes les caían mejor a sus amigos. Como sea, a ellos también les caía bien menos gente que los pupilos menos inteligentes. Específicamente, los pupilos más inteligentes solían gustarles solo los otros pupilos que eran tan inteligentes como ellos, pero no gente con menos inteligencia.
De forma importante, el efecto de que te gusten otros debido a tu inteligencia fue más intenso, sobre todo durante la primera evaluación, siendo más débil en las siguientes. De esta forma, con el tiempo, la importancia de la inteligencia disminuye al construir relaciones sociales y otros factores son más importantes. Los investigadores sugieren que, con el tiempo, el descubrir sobre los intereses en común con los otros podría ser más importante, que el saber si son inteligentes o no.
En contraste, el efecto de que los pupilos inteligentes solo les agrade otros que sean equivalentes en su inteligencia, permaneció significativa con el paso de los años, aunque en realidad comenzó a ser más débil. Los investigadores advierten que esto puede llevar a los pupilos inteligentes a que sea vean aislados de otros, o incluso a ser ignorados socialmente. Esto se podría convertir en algo problemático si, por ejemplo, los pupilos inteligentes son percibidos como arrogantes. De esta forma, las personas inteligentes podrían necesitar ser extra cuidadosas con sus relaciones sociales.
Sebastian Ocklenburg, Ph. D.
Fuente original:Is There a Connection Between Being Smart and Being Liked? | Psychology Today