El atleta de aventuras Jenny Tough presiona sus límites mentales y físicos para competir cruzando cordilleras montañosas remotas.
Jenny Tough está muy familiarizada con la distancia social. Una atleta de resistencia, ciclista y aventurera, ella ha pasado mucho de su vida escalando montañas en las regiones más aisladas del mundo, comúnmente totalmente sola. En 2021, la atleta canadiense completó una odisea de cinco años para convertirse en la primera persona en correr, sola y sin apoyo, atravesando una cordillera montañosa en cada continente excepto Antártica. Comenzó en el Tien Shan de Asia y terminó en los Alpes de Transilvania en Europa. En su libro más reciente, Solo, ella relata su expedición y las lecciones que aprendió sobre la soledad, la resiliencia y la conexión humana a lo largo del camino.
¿Por qué correr a través de tantas cordilleras montañosas?
Yo veo a la aventura como una actividad creativa, una donde estoy constantemente inventándome retos para mi misma. Ellos no tienen que tener sentido para nadie más. En este caso, comencé con la meta de correr atravesando Kyrgyzstan. Nunca nadie lo ha hecho antes y todos me decían que no podía ser realizado. Pero yo fui y lo hice. Y en ese viaje, me convertí en la mejor versión de mi misma. Pero terminar un proyecto tan grande deja un vacío y me sentí muy deprimida después de hacerlo. Así que decidí seguir haciéndolo.
¿Qué significa ser la primera persona en lograr esta hazaña?
En el mundo de la aventura, solemos asumir que todo tiene que ser hecho. Los polos ya fueron descubiertos, las montañas ya fueron escaladas. Y se asume que, si algo no ha sido hecho, es debido a que no puede ser hecho. Así que, siguiendo esta idea, debo de admitir que mi ego sacó un poco de chispas -el saber que, si yo tenía éxito, tendría mi nombre en esta gran hazaña.
¿Y cómo te sentiste en cuanto lo lograste?
Durante el viaje muchas cosas sucedieron -algunas de miedo, algunas hermosas. Pero me di cuenta que en un punto que la idea de que tú tienes que romper un récord o tú siempre tienes que ser la mejor, simplemente no aplican a la vida en el camino. Miles de personas podrían correr estas montañas y regresar con miles de historias diferentes; ninguna es menos válida por solo ser la primera.
¿Por qué lo hiciste sola?
Nuestra sociedad está un poco asustada de ver a la gente ser y actuar sola. Muchos de nosotros, especialmente mujeres, crecemos en ambientes donde siempre fuimos cuidadas, con todas estas reglas y restricciones. Cada viaje que hice sola, fue una revelación para todos de lo que yo era capaz. Me he llevado a mi misma a algunas situaciones donde realmente pensé que no iba a sobrevivir ni un día y he tenido que pensar creativamente para sacarme de esa situación. Si nunca me hubiera puesto yo en esas situaciones, yo nunca me hubiera podido convertir en alguien verdaderamente autónoma, que realmente puede apoyarse en sí misma incluso cuando las cosas se ponen duras.
¿Qué tuviste que quitar de tus interacciones con la gente en las comunidades rurales de la montaña?
Una cosa que ha sido constantemente probado es que los lugares más inhóspitos para vivir tienen a la gente más amable. La sobrevivencia en sí misma te toma todo el día. Y si ellos ven a otra persona, no te preguntan si quieres una taza de te o si te quieres quedar por la noche. Ellos solo te llevan adentro. Yo fui acomodada siempre en yurtas. Es algo muy cálido y confiable, el dejar que un extraño entre a tu casa. Tú nunca lo harías en la ciudad. Pero cuando estás a 5,000 metros sobre el nivel del mar y hay una reserva limitada de agua y se vuelve muy frío en la noche, en el momento que ves a otra persona, les alcanzas y les dices: Ven aquí y sobrevive con nosotros.
Hubieron momentos- como cuando te quedaste atrapada en un caos en Kyrgyzstan y necesitaste escalar cientos de pies para escapar- cuando tú creías que ibas a morir. ¿Alguna vez pensaste en renunciar?
Sucedió en ese momento. Y decidí que todos estaban en lo correcto, que yo no podía hacer esto. Conforme iba escalando, hice un plan en mi mente. Casi podía saborear una cerveza que iba a tomar en mi cuarto de hotel mientras compraba mi boleto de regreso a casa. Pero incluso después de que escalé para salvarme, el “renunciar” significó que aún tenía que sobrevivir tres días más para llegar a la base del campamento. Para el momento que llegué allá, ya me había olvidado que había intentado renunciar.
Si las cosas van realmente mal y no mejoran, no hay ninguna pena en salirte mientras puedes. Pero yo tengo que en realidad proponérmelo y preguntarme: ¿Estás renunciando solo porque estás incómoda? Y a un año de distancia, en cinco años de distancia, ¿vas a estar feliz con la decisión que tomaste?
Dices que te suelen preguntar: ¿No tienes miedo? Así que: ¿tienes miedo?
A veces escucho que ser un aventurero es ser valiente. Eso no es cierto. El miedo es importante -y si estoy asustada, trato de prestarle atención. Suelen haber razones muy racionales para que yo esté asustada. Y si estoy asustada debido a que estoy yendo más allá de mis niveles aceptables de riesgo, entonces necesito un nuevo plan. Si mi miedo es irracional, entonces intento resolver qué esta sucediendo con mi cerebro, por qué está jugando conmigo en estos momentos. ¿Es debido a que solo dormí tres horas anoche? ¿Será porque no he comido hoy? Una vez que encuentro la causa, puedo lidiar con ello. Pero no se llega al punto de castigarme. Soy un ser humano que está haciendo cosas que pueden asustar mucho. Solo he encontrado que suelen valer la pena el miedo que generan.
https://www.psychologytoday.com/intl/articles/202211/on-top-of-the-world