Perspectiva personal: Los líderes no pueden cargar con la carga de todos los desafíos sociales.
PUNTOS CLAVE
- Los líderes enfrentan demandas cada vez mayores y se espera que manejen más que solo las necesidades comerciales.
- También se espera que manejen la neurodiversidad de los empleados, el trauma, el bienestar y el apoyo a la menopausia.
- Los líderes deben estar preparados para apoyar a los empleados, pero solo se espera que resuelvan algunos problemas personales o sociales.
El año pasado, inicié una conversación sobre las presiones poco realistas que enfrentan los líderes en el entorno pospandémico. Más allá de impulsar el rendimiento y enfrentar desafíos complejos, se espera que los líderes de hoy proporcionen opciones laborales para empleados neurodiversos, estén informados sobre el trauma y consideren ajustar las métricas de rendimiento para acomodar la salud personal y el bienestar de cada uno de sus empleados. Las demandas se han vuelto excesivas.
Lamentablemente, un artículo que leí esta semana deja en claro que la situación solo se ha intensificado. Me refiero a un artículo reciente en Harvard Business Review titulado “Cómo las empresas pueden apoyar a sus empleados que atraviesan la menopausia.”
Esto es solo otro ejemplo de las expectativas de liderazgo que se están descontrolando. Si bien fomentar un lugar de trabajo de apoyo e inclusivo es crucial, ¿es realista pensar que los líderes ahora deben desempeñar un papel cuasi terapéutico en ayudar a sus empleados a navegar por las complejidades de sus etapas de vida? Los autores del artículo sugieren que los líderes consideren realizar encuestas para evaluar si alguien en su equipo está experimentando síntomas de la menopausia que interfieren con su trabajo, y, de ser así, qué tipo de apoyo necesitan. ¿En serio? ¿Dónde trazamos la línea?
Mi punto es el siguiente: Las organizaciones necesitan desesperadamente una bofetada de realidad. Si continuamos por este camino, corremos el riesgo de agotar a nuestros líderes más capaces y de disuadir a la próxima generación de asumir sus roles actuales y los roles que puedan surgir.
De hecho, eso ya está sucediendo. Un artículo reciente en la revista Entrepreneur titulado “Los trabajadores jóvenes no quieren convertirse en gerentes” destaca una tendencia creciente entre los profesionales jóvenes que evitan activamente los roles de liderazgo. ¿Podemos culparlos? El papel de un líder se ha convertido en una tarea hercúlea, que abarca no solo el acumen empresarial y la gestión de equipos, sino también una lista cada vez más amplia de responsabilidades sociales, emocionales y personales. La presión de ser todo para todos no solo es irreal; es insostenible.
Los altos ejecutivos necesitan reconocer que los líderes de sus empresas no pueden cargar con el peso de cada desafío social, organizativo e incluso biológico que surge. Tiene que haber un equilibrio. Sí, estos líderes necesitan estar bien preparados para fomentar un entorno laboral empático y alentador. Pero tampoco se les debería pedir que asuman responsabilidades desmedidas que claramente van más allá de su ámbito profesional y experiencia.
Sobre el autor: Sara Canaday es la autora de “You, According to Them: Uncovering The Blind Spots That Can Impact Your Reputation and Your Career”.
Publicado el 24 de enero 2024